A pesar de las diferencias entre JxCat y ERC, más que evidentes durante la campaña electoral por la Presidencia de la Generalitat del pasado mes de febrero, finalmente los partidos independentistas han conseguido un preacuerdo de Gobierno para evitar unos nuevos comicios en la autonomía catalana.
Un preacuerdo que, sin embargo, ya ha encontrado a sus primeros detractores dentro de Junts per Cataluña; en concreto, Quim Torra y Clara Ponsatí, que han mostrado su malestar por las concesiones de su partido a los republicanos.
"Sin estrategia independentista se hace difícil gobernar" ha apuntado el ex president Torra en sus redes sociales, mostrando su rechazo al planteamiento de ERC de negociar un referéndum independentista con el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
También Clara Ponsatí, mano derecha de Puigdemont en Waterloo, ha cargado contra este acuerdo; sin embargo, la eurodiputada ha sido más crítica contra el secretario general de JxCat, que aseguraba que JxCat facilitaría la investidura de Pere Aragonès independientemente del resultado de la consulta a las bases del partido.
"¡Venga! ¿Y qué más!" ha preguntado, irónicamente y visiblemente enfadada, la independentista fugada, a través de su cuenta oficial de Twitter.
Los planes ocultos de Puigdemont en el Govern
Más silencioso ha estado Carles Puigdemont con respecto a este acuerdo entre su partido y los republicanos de Oriol Junqueras.
Y es que, a pesar de que la Presidencia de la Generalitat de Cataluña recaería sobre el republicano Pere Aragonès, los de Junts ostentarán una de las consejerías de mayor interés para el fugado de Waterloo: en concreto, la Consellería de Economía y Hacienda, que estaría en manos de Elsa Artadi, una de las 'protegidas'de Puigdemont dentro del partido.
Las encuestas hablan: petardazo de Puigdemont si se repiten elecciones
Un nombramiento que podría favorecer, no sólo a los planes internacionales de Puigdemont, sino también al costoso nivel de vida del independentista en Bruselas, ya sea a través de subvenciones del Govern a su papel en Bruselas, como financiación al Consell per la República de Puigdemont.