Quim Torra tiene vocación de mártir. Gobernar, lo que se dice gobernar, no se le da bien. Tampoco negociar. Es decir, como político, un desastre. Y con su nuevo desafío a la autoridad que está por encima de él, negándose a retirar los lazos golpistas del Palacio de la Generalitat, parece firmemente decidido a que le echen de una vez. Por insurrecto desobediente y por inútil.
La Delegación del Gobierno de Cataluña ha informado a la Junta Electoral Central que se ha cumplido el plazo y la prórroga concedidas a Quim Torra para orden la retirada de símbolos golpistas de la fachada de la Generalitat, ya que a las 15:00 horas el Palacio de la Generalitat y ocho consejerías del Gobierno catalán continuaban exhibiendo lazos amarillos, según informó el Ejecutivo.
Los Mossos deberán ocuparse de la retirada de los lazos
En el escrito remitido a la Junta Electoral Central, la Delegación del Gobierno de Cataluña indica que los edificios que seguían exhibiendo los lazos amarillos a la hora que expiraba la prórroga de la JEC para retirarlos eran los siguientes: Palacio de la Generalitat y consejerías de Governació y Relaciones Institucionales; Cultura; Territorio y Sostenibilidad; Empresa y Ocupación; Interior; Economía y Conocimiento; Agricultura, Ramaderia y Pesca y la Consejería de Salud.
En todos estos edificios, conforme a fotografías enviadas a la Junta Electoral Central a requerimiento suyo, continuaban exhibiéndose los citados lazos amarillos.
El Gobierno recuerda que la JEC es competente para dar los siguientes pasos, tanto si decidiera remitir los hechos a la Fiscalía como si ordenase a las fuerzas de orden público el cumplimiento de su instrucción de retirar los lazos.
En este último caso, la tarea de retirar estos lazos amarillos correspondería a los Mossos D'Esquadra, como policía integral desplegada en la Comunidad Autónoma de Cataluña.
"¡Con gente en prisión, el lazo en el balcón!"
A última hora de la tarde varios cientos de separatistas se congregaron en la plaza Sant Jaume portando banderas esteladas convocados por la ANC para mostrar su apoyo a Torra en su decisión de mantener colgado el lazo amarillo en el balcón del Palau de la Generalitat.
"Con gente en prisión, el lazo en el balcón", "fuera, fuera, la justicia española" y "libertad presas políticas", fueron los gritos que se escucharon mientras algunos preferían dirigirse a Ada Colau recriminándole su cobardía por retirar el lazo que colgaba en la fachada del ayuntamiento barcelonés. .
¿Qué pasará ahora con Torra?
De momento Torra ha dado libertad de decisión a los miembros de su Govern y los de ERC parecen dispuestos a retirar los símbolos porque no quieren más choques y enfrentamientos penales con la justicia y han adelantado que los retirarán. Algunos han sido ya retirados.
Las cuestión es que pese a los avisos y advertencias, el lazo amarillo y la pancarta de apoyo a los presos golpistas sigue colgada en la Generalitat una vez expirado el plazo. Y esa responsabilidad recae exclusivamente en Torra. ¿Qué puede pasar ahora con Torra después de una nueva muestra de desobediencia ante las instancias superiores?
Torra se expone a afrontar una acusación de desobediencia, un delito que en caso de condena lleva aparejado una pena de inhabilitación. ¿Es lo que busca? Existen antecedentes de otros políticos que ya han pasado por esta situación, de manera que si le llega a él, no deberá sorprenderse.
Le pasó a Artur Mas, a Joan Ortega, a Irene Rigau y Francesc Homs, así como a la alcaldesa de Berga, Montserrat Venturós. Todos ellos mostraron chulerñia y desobediencia ante la autoridad superior y acabaron inhabilitados. Seguramente es el siguiente paso que pretende dar Torra, ofreciendo ante los suyos la imagen de un mártir víctima de la injusticia y la incomprensión de los malvados poderes del estado.
Una payasada detrás de otra.