Quim Torra, presidente de la Generalitat no sabe que hacer para poder cumplir el deseo de los grupos secesionistas que quieren romper la unión entre España y Cataluña. El magnate catalán, después de estar en el ojo del huracán por alentar a los CDR a llevar conductas inapropiadas e incívicas, ha cambiado su plan para intentar lograr su meta.
La maniobra de Torra ha consistido en enviar una carta a más de cuarenta países de todo el mundo, con copia a Pedro Sánchez, en la que solicita la ayuda y la mediación del Papa y de la Unión Europea para conseguir la independencia del territorio catalán.
El mensaje, que ha sido redactado en inglés, se ha distribuido por medio mundo a través de los embajadores que posee Cataluña. Este hecho ha provocado que el ministerio de Exterior haya alertado a sus embajadas sobre las intenciones del independentismo catalán.
El victimismo de Torra
Torra sabe que la imagen que da de víctima de todo este conflicto político puede echarle un cable. El catalán ha intentado impresionar a los destinatarios de su carta haciendo referencia a los presos políticos.
Ha dejado claro que son gente "honrada" que está en prisión por sus ideales políticos, recurriendo una vez a este argumento para poner a todo el planeta en contra de España.
Josep Borrell, ministro de Asuntos Exteriores, ha querido también manifestarse en torno a los hechos. El político, que actualmente se encuentra en Andorra, ha explicado los motivos por los que no es posible la independencia de Cataluña.
No obstante, según fuentes próximas al Gobierno, serán los embajadores y no el ministro, los encargados de argumentar la carta personal enviada por Quim Torra.