La deriva de la ministra de Igualdad, Irene Montero, continúa. Después de la larga retahíla de propuestas realizadas desde su ministerio, se ha superado con la última de ellas. Pretende que sean los hombres quienes tomen la píldora anticonceptiva, o lo que es lo mismo, realizar la anticoncepción “con perspectiva de género”. Y le dan igual las consecuencias.
Por el momento, no existe una píldora anticonceptiva masculina. Ni se ha aprobado ni se ha comercializado ninguna, debido a que las farmacéuticas advierten de unos efectos secundarios muy fuertes. Todos los ensayos clínicos que se han realizado han resultado infructuosos. Sin embargo, Irene Montero está obcecada en que ahora hay que tomar anticonceptivos con perspectiva de género. La ministra pretende incluir este asunto en la reforma de la Ley del Aborto.
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El diario El Debate confirma que la anticoncepción “con perspectiva de género” estará en el borrador que el próximo mes de diciembre presentará la ministra en el Consejo de Ministros para la modificación de la Ley Orgánica 2/2010 de la Salud Sexual y Reproducida y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo.
La idea que plantea Irene Montero es que no es justo a nivel de igualdad entre sexos que las farmacéuticas no desarrollen píldoras anticonceptivas para hombres. Según ella, los efectos secundarios que aducen estas empresas tras realizar ensayos clínicos en este sentido no son reales. Desde Igualdad afirman que no serían ni la tercera parte de los efectos secundarios que sufren las mujeres que toman la píldora. No se sabe con qué base científica alegan esto, pero eso no importa. ¿Cuándo ha tenido alguna base lo que dice o hace Irene Montero?
La falta de demanda es clave
Las farmacéuticas han realizado diferentes ensayos clínicos especialmente con el objetivo de detener la producción de espermatozoides en los hombres, reduciendo los niveles de testosterona. Todos estos ensayos han terminado fracasando porque los voluntarios sufrían numerosos efectos secundarios. Y no se ha investigado más a fondo porque no existe demanda.
Por otro lado, Montero va a encontrarse también con un obstáculo importante en el Ministerio de Sanidad, ya que es de este del que depende un asunto así. Aunque en algunas ocasiones hay leyes en las que participan varios ministerios, Sanidad tendrá que estudiar muy detenidamente las barbaridades que pueda incluir el borrador de la ministra de Igualdad, que ya hizo el ridículo con su Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, que tuvieron que modificar los entonces ministros Carmen Calvo y Juan Carlos Calvo porque tenía una ínfima calidad legislativa.
Sea como sea, Irene Montero vuelve a demostrar con esta idea que su único objetivo como ministra de Igualdad es ejercer de agitadora y fomentar el enfrentamiento entre hombres y mujeres. El feminismo no es eso, pero parece que la podemita está empeñada en hacer ver que el hombre es la encarnación del mal y que hay machismo por todas partes.
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No está claro qué será lo próximo. Pero estamos seguros de que Irene Montero conseguirá superarse, como ha hecho desde que está en el ministerio. Cuando parece que no puede decir o hacer una estupidez mayor, lo acaba consiguiendo. Un mérito increíble…