Toda la verdad (y nada más que la verdad) sobre la fuga del director de TV3

Esta es la historia de un jefazo de TV3 que se va por piernas ante la amenaza de un motín a bordo

Toda la verdad (y nada más que la verdad) sobre la fuga del director de TV3
Toda la verdad (y nada más que la verdad) sobre la fuga del director de TV3

Christian Garcia, director de deportes de TV3 y Catalunya Ràdio, con el mismo rango y sueldo que Vicent Sanchis, director de TV3, ha decidido dimitir. La versión oficial habla de "motivaciones personales". La realidad es bien distinta, a no ser que se quiera convertir en "motivos personales" una rebelión a bordo que amenazaba con un golpe de estado en toda regla.

Son épocas convulsas en el periodismo. El País ha cesado a su directora para colocar en su lugar a un experto en despidos que ya mostró su mejor cara de 2006 a 2014, su anterior etapa en la dirección del rotativo de PRISA. Y en TV3 también están entretenidos. Christian Garcia ha decidido abandonar. ¿Por qué?

El escándalo del documental de Rosell

Los medios se han hecho eco de la renuncia del director de deportes de TV3 achacando su decisión al reciente escándalo relacionado con el documental que sobre Sandro Rosell emitió el canal autonómico catalán. Su autor, Víctor Lavagnini, retiró su firma del documental por entender que la dirección había recortado varios fragmentos y se había producido censura informativa. Vicent Sanchis dio explicaciones sobre el tema en el Parlament y advirtió de que, si de él hubiera dependido, el documental no habría sido emitido. De esta manera traspasaba toda la responsabilidad sobre su "colega", Christian Garcia, que fue quien modificó el contenido suprimiendo una parte en la que salía malparado Jaume Roures y Mediapro, una empresa con mucho peso, demasiado, en TV3. (¡¡Censura en TeleTorra!! Esto es lo que acojona al director de TV3 (denunciado por un propio periodista de la casa))

El tema se le fue de las manos a Christian Garcia, que no hizo el seguimiento adecuado del trabajo de su redactor y sólo intervino al final, cuando el escándalo ya estaba en la calle. Pero no ha sido esta la causa que ha acabado con la trayectoria de Christian Garcia como director de TV3. Como mucho, le ha ayudado a tomar la decisión.

José María Garcia y el club de fans de Laporta

El problema de fondo es el motín que ya estaba en marcha en la redacción. Un grupo de redactores de deportes tomó la iniciativa de recoger firmas para solicitar el cese de Christian Garcia ante la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals con un éxito sorprendente. La práctica totalidad de los 150 empleados que dependen de Christian Garcia en los distintos derpartamentos estaba a favor de la medida.

¿Cómo se llegó a esta situación? Christian Garcia es periodista deportivo. Se inició en Antena 3 Radio como "pinchurrito" de José María García en Barcelona a las órdenes de Pepe Gutiérrez, Siro López y Enrique García Corredera. Conocido por su afinidad hacia Joan Laporta y afiliado a su club de fans mediáticos, fue introduciéndose en la galaxia independentista, en donde se hizo un hueco que le permitió desembarcar en Catalunya Ràdio y ampliar sus relaciones. Nunca destacó como periodista, una profesión en la que llegó a ejercer como presentador de un programa deportivo en BTV, el canal municipal barcelonés.

Ascenso meteórico

Y con ese exiguo bagaje aterrizó hace tres años en el puesto de mando de los medios públicos de la Generalitat, TV3 y Catalunya Ràdio. Hábil relaciones públicas, supo conectar con quien debía y ganarse un hueco en comidas y cenas en donde se decidía el futuro de esos medios. Educado y buen conversador, se ganó la confianza de los que mandan hasta el punto de conseguir que le colocaran en lo más alto de la cúpula directiva. A la misma altura que el director de TV3 y con plenos poderes tanto en TV3 como en Catalunya Ràdio. (¡¡Más Chiringuito que nunca!! Sanchis avergüenza a los trabajadores TV3)

Su llegada fue celebrada por la redacción. Era uno de los suyos, un periodista deportivo como ellos. Sin embargo, muy pronto defraudó esas expectativas. Lejos de ganarse a sus nuevos subordinados de TV3, optó por refugiarse en su guardia pretoriana de Catalunya Ràdio, su medio de procedencia, menospreció la capacidad de los redactores de TV3 y apostó por sus amigos de Catalunya Ràdio imponiéndolos en la tele con categoría de estrellas y utilizando como excusa una absurda iniciativa llamada ´confluencia´que pretendía unificar las redacciones de ambos medios. La iniciativa, como todas las de Christian Garcia, quedó en nada.

Se desconoce su faceta negociadora

La cuestión es que dividió a la redacción colocando con calzador a sus amigos, aunque no es sólo esa la razón que ha llevado a los trabajadores al conato de motín, sino la degradación de un departamento, el de deportes, que había sido puntal decisivo en la consolidación de TV3 como canal competitivo y líder en la audiencia catalana. El crecimiento de TV3 tuvo mucho que ver con el Barça. Pero el Barça ya no existe. Ni la Liga, ni la  Champions, ni la Euroliga, ni la ACB, ni la Fórmula 1, ni otros muchos derechos que se han ido perdiendo con el paso de los años.

Es un problema económico, pero también de gestión. Nadie conoce a Christian Garcia y nada se sabe de su faceta negociadora para defender los contenidos de su cadena. Cero. Por otra parte, el hecho de que el director de deportes tuviera el mismo rango que el del director de TV3 no sólo no ha servido para que los deportes se vieran beneficiados en la casa, sino que el deporte ha perdido estatus en la cadena hasta el punto de convertirse en un contenido marginal. De hecho, existe un canal, Esports 3, herido de muerte por la gestión de Garcia y condenado a su desaparición por falta de contenidos.

La corte pretoriana de Catalunya Ràdio

Y mientras los deportes de TV3 vivían su proceso de descomposición, Garcia seguía apostando por su corte pretoriana de enchufados de la radio dando la espalda al ejército de periodistas de TV3. Se inventó para uno de los suyos, Francesc Garriga, de Catalunya Ràdio, un programa diario deportivo que se emitía conjuntamente por TV3 y por la Ràdio, el Club de la Mitjanit, con sonoro fracaso de audiencias, rozando el 0%. Ya ha desaparecido. (El estómago agradecido de Sanchis sufre una indigestión: ¡¡Estalla contra el Govern tras anunciarse recortes en TV3!!)

El domingo pasado Christian Garcia puso en marcha un nuevo programa, Onze, con gran despliegue de medios y presentado por el mismo amigo de la radio y con muchas pretensiones, pero volvió a pinchar. La radio es la radio y la tele es la tele. Su estreno recogió la audiencia millonaria que le dejó el polémico reportaje sobre "el virus de la corona" producido por Euskal Telebista y emitido por TV3 con gran éxito de público. Sin embargo, la audiencia fue cayendo en picado a medida que avanzaba el nuevo programa hasta caer en cotas no aceptables por TV3. Este 'tropiezo' también ha afectado a Garcia.

El cargo le ha venido grande

Mientras tanto, la dirección dejaba morir una marca histórica de la casa, Gol a Gol, un programa que nació con el canal en 1983, y que se emitió el sábado en un soporte secundario, sin medios y en condiciones tercermundistas. Y la redacción dijo basta viendo peligrar sus lentejas. El descontento generalizado se agrava porque la mano derecha de Christian Garcia, Bernat Solé, jefe de deportes de TV3, tampoco ejerce las obligaciones de su cargo porque debe atender al pluriempleo que le obliga dedicarse en cuerpo y alma a las narraciones de todos los partidos del Barça en Catalunya Ràdio.

Los profesionales de TV3 entendieron que sus gestores estaban jugando con su futuro. Incluso se ha extendido la idea de que Christian Garcia aterrizó en Sant Joan d´Espí con el objetivo de cargarse los deportes. El ambiente estaba caldeado y el Consell de Govern de la Corporació trató de atemperar los ánimos anunciando que había encargado a Christian Garcia un proyecto a medio plazo para el departamento en el que estuvieran incluidos todos.

Pero Christian Garcia ha optado por abandonar sabedor de que es el jefe de un ejército de periodistas que no le quieren. Esos son los motivos personales que justifican su marcha. El cargo le ha venido grande.