José María, un hombre de 53 años, viajaba el pasado mes de agosto a Cortegada, Galicia, a conocer a Cristina Rodríguez Veloso, una joven de 26 años a la que había conocido a través de una aplicación de citas.
Un viaje que comenzaba el 21 de agosto, momento en el que el barcelonés cogía un avión en dirección a Vigo para conocer a la joven... y que acababa el 24 de agosto, cuando se le perdía por completo el rastro a José María, poniendo su madre una denuncia de desaparición ante los Mossos d'Esquadra al no tener noticias de su hijo.
Investigación que pronto pasaba a manos de la Guardia Civil... y que pronto llegaba a un punto muerto: así pues, cuatro meses después de su desaparición, ninguna nueva pista aparecía sobre el paradero del barcelonés de Castelldefels.
Imágenes espeluznantes: un hombre vivió dos minutos agónicos por el ataque de una anaconda
Algo que cambiaba repentinamente cuando la joven,Cristina, pasaba una cita con un psiquiatra del hospital de Ourense... al que confesaba que se había encontrado muerto a José María en su domicilio y, presa del pánico, había decidido quemarlo y esconder sus restos.
Sus confusas declaraciones acaban sacando la verdad a la luz
Tras la confesión de la joven gallega, el médico llamaba inmediatamente a la Policía, que se dirigía al lugar de los hechos para detenerla, así como para buscar el cuerpo del hombre en los lugares indicados por Cristina, encontrándose su cadáver poco después.
Sin embargo, algo en las declaraciones de la joven no conseguía convencer a los agentes, ya que Cristina cambiaba continuamente de versión, con un testimonio lleno de contradicciones y mentiras que hacían crecer de forma continua la desconfianza de los investigadores hasta que, finalmente, Cristina Rodríguez confesaba haber asesinado al hombre.
Dos turistas son interceptados por un grupo de sicarios en México y lo que sucede es surrealista
Presuntamente, José María no habría sido del agrado de la joven, habiendo mantenido ambos una fuerte discusión a su llegada a Galicia, tras lo que la chica habría decidido drogarlo para dormirlo y, posteriormente, asfixiarle con un cojín y deshacerse del cadáver.
Confesión ante la que, a pesar de que la Guardia Civil continua con las invetigaciones, Cristina Rodríguez podría enfrentarse a duras penas de prisión y sanción económica por un delito, o bien de homicidio, o bien de asesinato.