Muchos padres han mostrado su rechazo a la 'permisividad' de los padres del menor.
A pesar de su corta edad, con apenas ocho años de edad, Joseph Deen, confió en sus habilidades, y ha conseguido cumplir sus sueños: ser jugador profesional de Fortnite, formando parte de la empresa Team 33, de California.
En diciembre de 2020, el pequeño consiguió sorprender a los ojeadores de la empresa, que no dudaron en ofrecerle un contrato de 33.000 dólares por una 'jornada laboral' de 3 horas diarias. Además, la empresa regaló al joven Deen un ordenador completamente equipado para el videojuego.
"Me sentí increíble cuando me ofrecieron el contrato. Pensé mucho en ser un jugador profesional, pero nadie me tomó en serio hasta que apareció el Equipo 33" ha explicado el niño.
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Una oportunidad que llegaba después de cuatro años de entrenamiento en el famoso videojuego, y que le convertía, por suerte, en el segundo jugador más joven del mundo en esta especialidad.
Muchos padres, detractores de esta oportunidad laboral
Los padres de Joseph se han sentido muy orgullosos de su hijo, y le han animado en todo momento a cumplir sus sueños. Una posición que ha sorprendido entre otros muchos padres, que critican que el juego no es apto para un menor, ya que está recomendado para adolescentes, con una edad mínima de doce años.
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Además, muchos adultos han cuestionado la idoneidad de que el menor pase tantas horas ante la pantalla con el videojuego, dejando de lado otras actividades físicas y de desarrollo social.
Críticas que no han influido en la posición de los padres de Joseph, asegurando su madre, Gigi, que el videojuego no supone ningún riesgo para el menor, el cual está en constante vigilancia de sus padres, que continúan ciudando y estando pendientes de su salud física y mental.