Varias ciudades españoles han registrado protestas violentas en las últimas semanas por la detención y posterior entrada en prisión del rapero Pablo Hasél. La mayoría de ellas han tenido lugar en Cataluña.
Las calles se han llenado de radicales violentos que han saqueado tiendas, se han enfrentado con los Mossos y la Policía y han quemado cientos de contenedores para sembrar el caos.
Pues bien, la quema de estos contenedores de reciclaje es un atentado ecológico ya que tiene graves consecuencias en el medio ambiente. Sin embargo, apenas se habla de este aspecto.
Al quemar los contenedores se desprenden sustancias muy tóxicas como dioxinas, furanos y otros compuestos organoclorados que están catalogados como carcinógenos por la OMS.
Las dioxinas están directamente relacionadas con graves enfermedades como algunos tipos de cáncer. Por ello, aunque sea en pequeña proporción, son extremadamente peligrosas.
En la quema de contenedores se liberan a la atmósfera urbana enormes cantidades de dioxinas, furanos y el resto de contaminantes peligrosos para la salud y para el medio ambiente.
Presentes en el organismo durante mucho tiempo
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha explicado que este tipo de sustancias, una vez que se respiran, permanecen en el interior del organismo durante un largo periodo de tiempo.
Debido a su estabilidad química y a su fijación al tejido graso, se calcula que puede permanecer dentro del organismo durante un periodo de tiempo que va desde los siete hasta los once años.