Entre la inmensidad de desiertos increíbles que existen por todo el mundo, hay una que tiene la excepcionalidad de considerarse como el más seco.
Este se encuentra en Chile, entre el Océano Pacífico y los Andes, y según los científicos tiene entre unos 20 o 40 millones de años.
Y es que el desierto de Atacama se ha ganado a pulso la titularidad del más seco del mundo debido a que sus precipitaciones en la zona son muy escasas y no llegan a unos 10mm al año.
Esto se debe a su posición estratégica, ya que los Andes actúan como barrera, por lo que el aire cálido y la humedad que se dirige hasta la zona siempre termina desembocando en el mismo lugar y no llega hasta el desierto.
Por lo que la única fuente de agua que existe es el río Loa que lo atraviesa de este a oeste hacia el Océano Pacífico.
Además, los chilenos llevan a la práctica una estrategia para sobrevivir y hacerse con la mayor cantidad posible de agua utilizando un atrapador de niebla.
Este objeto funciona cuando la niebla llega a sus celdas, se condensa y forma gotas de agua que se van acumulando en un barril.
Sin duda alguna, esta es una idea de lo más ingeniosa y con la que sus ciudadanos pueden adquirir hasta 18 litros de agua en un día.
Por su parte, uno de los beneficios que tiene vivir en el desierto más seco del mundo es su preservación.
Y es que muchos arqueólogos han encontrado por la zona momias de indios de una edad superior a los nueve mil años con una muy buena conservación.
Esto sucede ya que la falta de humedad hace que los organismos muertos no pasen por el proceso de descomposición, sino que se secan y permanecen sin cambios durante siglos.