Sally se encuentra a una perrita en la calle. No se deja coger, pero al final consigue llevársela. Apenas tiene dos meses y está llena de sarna. Si no la hubiesen recogido, hubiese muerto. En Sri Lanka, si un perro está enfermo lo abandonan.
La cura, le pone crema y se da cuenta que mientras la está curando, le gusta que la acaricie y mueve la colita. Se va recuperando y sabe que ha llegado el momento de llevarla a un refugio. Sally tiene nueve perros y sabe que no debe quedársela, pero no puede evitarlo.
La perrita la sigue a todas partes y cuenta que durante la pandemia fue su mejor compañía. Su mamá humana la adora.