Tao es un Golden retriever de 11 años que se quedó ciego hace un año por culpa de un glaucoma. Su dueña Melanie Jackson, una vecina de Somerset (Inglaterra), ha buscado una solución.
Hace unos meses, Melanie adoptó a Oko, un cachorro de 16 semanas, para que hiciese compañía a Tao y fuese su compañero de juegos. En poco tiempo se han hecho inseparables.
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De hecho, Oko siempre acompaña a Tao y se ha convertido en sus ojos. Le ha devuelto la felicidad al Golden retriever de 11 años y ha pasado a ser su perro guía tanto dentro como fuera de casa.
Melanie Jackson no pensaba que la relación entre ambos perros fuese a ser tan estrecha y ha compartido fotos y vídeos en la red social Instagram para compartir esta bonita historia.
Oko, a pesar de su juventud, no pierde de vista a Tao ya que es consciente de su ceguera y acude en su ayuda cuando el Golden retriever le necesita para desplazarse.
Asimismo, los dos perros se tienen un gran cariño y disfrutan jugando el uno con el otro a cualquier hora del día, algo que hace muy feliz a Melanie Jackson.
Están compenetrados
Cuando pasan por lugares desconocidos para Tao, Oko toma la delantera y le va marcando el camino. En esos casos, el perro ciego de 11 años le sigue a pocos centímetros.
La clave de esta amistad perruna es la confianza. Tao no duda de Oko, que se ha ganado su confianza desde que llegó al hogar de Melanie Jackson y ha estado a su lado en todo momento.