S.O.S ¡¡Nos quedamos sin sanitarios!!

El gobierno ha jugado con la vida del personal sanitario por su falta de previsión de la tragedia y por su torpeza para hacer acopio de material sanitario para protegerle.

S.O.S ¡¡Nos quedamos sin sanitarios!!
S.O.S ¡¡Nos quedamos sin sanitarios!!

Se veía venir. La pandemia del coronavirus ha pillado al gobierno de España en paños menores y con el pie cambiado. La pandemia devora a la población, las cifras de contagios y muertos se disparan, el pico sigue lejos... y los sanitarios que deben cuidar la salud de los ciudadanos van cayendo como moscas... por falta de previsión.

"Sigan, sigan...", como si nada

Quien tiene la responsabilidad de gobernar también tiene la obligación de velar por los intereses de sus ciudadanos, y más especialmente de cuidar su salud. No hubo previsión en la valoración del alcance de lo que se nos venía encima. El gobierno quiso transmitir una sensación de calma que se tradujo en un vergonzoso "sigan, sigan...". Manifestaciones multitudinarias, partidos de fútbol, conciertos... La vida siguió igual en España mientras empezábamos a ver el drama que se vivía en Italia.

Y mientras en Italia se aplicaban soluciones drásticas a la tragedia, aquí nos íbamos de mani feminista y no teníamos más preocupación que averiguar si el liderato de La Liga era para el Real Madrid o para el Barcelona. (El PP pasa al ataque contra Sánchez: "No se toma en serio lo que está pasando")

Mientras tanto, en Italia se jugaban los partidos de fútbol a puerta cerrada e incluso se suspendían. Era un aviso que España no quiso escuchar hasta que las cifras de los contagios, a las que no se concedió ninguna importancia al principio, empezaron a ser alarmantes. Y ya era tarde. De hecho, los frutos de los casi diez días de confinamiento no se apreciarán hasta dentro de dos semanas, porque ahora vivimos los resultados de la ligereza de los días previos al encierro doméstico de los españoles.

Francia y Alemania tomaron precauciones

Pero la imprevisión de nuestros gobernantes no se quedó ahí. Mientras Francia y Alemania se lo olían y se preocupaban de de hacer acopio de material sanitario ante lo que pudiera llegar, en España vivíamos felices. Y nos hemos acordado de Santa Bárbara al primer trueno. Pero ya era tarde. Ahora toca mendigar en el mercado negro mascarillas, guantes, batas, respiradores que se pagarán a precio de oro en un momento en el que hay que orientar los recursos a preservar la salud de los ciudadanos. (Casado pide ("por favor") a Sánchez que proteja a "nuestros héroes sanitarios")

Al final han tenido que ser las comunidades autónomas las que han tenido que espabilarse para encontrar proveedores para un material que en algunos casos, como el de Amancio Ortega, ha sido adquirido en grandes cantidades y donado de forma altruista. También la empresa privada ha optado por desviar su producción recordando la economía de guerra para adaptarla a las necesidades actuales. 

El personal médico, el gran perjudicado

Las dos imprevisiones, la de la gravedad de la situación y de del acopio de material, las está pagando ahora el personal sanitario, el mismo al que aplaudimos cada día a las ocho de la tarde. Están desbordados, se juegan la vida con los contagios y trabajan sin recursos. 

Es cierto es que la situación es excepcional, que en circunstancias normales los hospitales no estarían como están ni sería necesario el consumo exagerado de mascarillas, guantes o respiradores. Pero es lo que hay. Y lo que hay no es nada bueno para nuestros "héroes sanitarios", que ya vienen de sufrir penurias en años de recortes presupuestarios.

La falta de previsión para proteger a nuestros sanitarios ha desembocado en 5.400 contagiados entre su personal. Se dice fácil. Si ellos caen, ¿quién va a cuidar a nuestros enfermos? El tema es preocupante y dramático si tenemos en cuenta la facilidad con la que se están produciendo los contagios en los últimos días, aumentando de mil en mil (dos mil más en los dos últimos días). 

5.400 contagios entre los sanitarios

Fernando Simon, el portavoz del MInisterio de Sanidad, admite que el personal médico es víctima de la imprevisión de los gobernantes y de sus dificultades para acceder a los equipos de protección necesarios. Y también ha reconocido que su exagerado contagio ha podido contribuir a los datos globales a través de la transmisión del virus a sus familiares o círculo próximo previo al confinamiento. ("¡Vete a tu casa!" Hernando acusa a Fernando Simón de ser "una burla para enfermos y sanitarios")

La cuestión es que mientras crece el número de enfermos, mengua el personal sanitario que debe atenderlo, los enfermos abandonan el hospital sin tener el alta médica y los cadáveres se amontonan en centros de ancianos. Todo aterrador.