76 millones de euros ha sido la suma total que ERC ha conseguido del Gobierno de España a cambio de su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2022 en el Congreso de los Diputados.
Una suma nada desdeñable que, sin embargo, los republicanos han puesto en 'peligro', intentando conseguir una nueva concesión del Ejecutivo nacional de cara al 'sí' de ERC a las Cuentas en su paso por el Senado: la imposición del catalán en plataformas audiovisuales como Netflix, HBO o Disney+.
Así pues, los independentistas republicanos, con Gabriel Rufián a la cabeza, han asegurado que mantendrán su desafío lingüistico, instando a estas plataformas digitales a aumentar su oferta de contenido en catalán, a pesar de que ya estén disponibles en castellano, buscando reposicionar a los catalanoparlantes lejos de los castellanoparlantes.
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Obsesión que casi ha hecho perder los más de 70 millones comprometidos por parte del Gobierno a los republicanos, y que ha sido explicada ahora por el ensayista y dramaturgo Pau Guix: así pues, según el ensayista, la obsesión indepe por Netflix derivaría de la dificultad del nacionalismo de aleccionar a los jóvenes a través de la ficción, ya que éstos prefieren las nuevas plataformas audiovisuales a los antiguos formatos controlados por la Generalitat.
Nuevas vías de aleccionamiento
"Los nacionalistas están preocupados porque antes adoctrinaban a los niños desde pequeños con el Club Súper 3" ha asegurado Guix "ahora, con la evolución del consumo audiovisual, muchos chavales se 'exilian' a las plataformas. Para ellos, esta imposición del catalán es básica para su proyecto de construcción nacional".
Tal y como ha puesto de relieve el ensayista en una tertulia de ElCatalan.es, la desesperación indepe por seguir manteniendo la lengua catalana como la gran diferenciadora entre catalanes, les ha llevado a intentar 'conquistar' las plataformas audiovisuales internacionales, sin haber conseguido resultado alguno, al menos, de momento.
Una realidad que explica, no sólo la obsesión de ERC por Netflix y el resto de plataformas, sino también la nueva obsesión del independentismo de eliminar el castellano, a cualquier precio, de las escuelas públicas catalanas, intentando desobedecer al mandato judicial del 25% de lengua castellana en el sistema educativo.
Y es que, habiendo perdido el control sobre el ocio audiovisual de los jóvenes catalanes, el adoctrinamiento en las escuelas es la única baza disponible del secesionismo catalán para seguir captando jóvenes a la causa.
Una causa que se niegan a considerar perdida, a pesar de que las evidencias demuestran la pérdida de músculo político y de apoyo social del independentismo en los últimos meses, debido, principalmente, a la salida a la luz de continuos escándalos económicos, políticos y judiciales de los dirigentes del secesionismo, siempre preocupados por sus propios bolsillos, y no por el bienestar de sus agotados ciudadanos.