Las dudas que se han suscitado en torno a la vacuna Astra Zeneca han abierto el debate en torno a la capacidad que los ciudadanos tienen de elegir la vacuna que se les va a aplicar. Pedro Sánchez y su gobierno han sido claros en este punto: "el ciudadano no tiene capacidad de elección". Es decir, le administrarán la vacuna que le toque y no la que desee él.
La decisión del gobierno no deja de ser un contrasentido porque, por ley, el ciudadano puede rechazar ser vacunado, pero no escoger la vacuna con la que será vacunado.
El Gobierno de Sánchez ha comunicado cómo está la normativa en este tema: "La campaña de vacunación está acondicionada por la grave situación epidemiológica que estamos viviendo en las últimas semanas, con un incremento de los contagios e ingresos hospitalarios y con un incremento también notable de riesgo para determinados grupos de población, entre los cuales destacan a las personas de 80 o más años. Por eso, y con el fin de reforzar la protección de los más vulnerables cuanto antes mejor, la elección de la vacuna a aplicar no puede ser una elección individual sino que se tiene que basarse en la eficacia y la indicación de las vacunas para los diferentes grupos de vacunación".
En Italia sí permiten escoger la vacuna
En otros países se desmarcan de la línea seguida por el gobierno español. En Italia, por ejemplo, los ciudadanos pueden rechazar la vacuna AstraZeneca si no desean que se les administre. El presidente del consejero superior de Sanidad italiano, Franco Locatelli ha comunicado a la población: "Si alguien tiene el acceso y lo rechaza, será reconsiderado más tarde por otro tipo de vacuna".
De las tres vacunas aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA), Pfizer, Moderna y AstraZeneca, esta última es la que genera más dudas en la población, precisamente por el cuestionamiento que los propios gobiernos de Europa han lanzado contra ella. Pero el Gobierno español advierte que no se puede elegir la marca. A cada español le corresponderá una de las tres, al menos de momento, y no podrá elegir.
Las dudas que genera la AstraZeneca es que su eficacia media es del 60% mientras que la Pfizer es del 94% y la Moderna del 93%, a la espera de que llegue la Johnson and Johnson, que será de una sola dosis.
Sólo existe una opción en la que se puede elegir. Se trataría de rechazar la vacuna cuando toque y esperar a que cuando vuelva a tocar le corresponda la vacuna deseada. O esperar al momento final del periodo de vacunación, para cuando se espera que se produzcan excedentes de dosis de vacunación, aunque eso implicaría ampliar innecesariamente el riesgo de contagio sin contar con la protección de la vacuna.