Es posible que muchos de los usuarios que empiezan a leer este artículo, no sean ni siquiera conscientes de que están pagando intereses desmesurados por sus tarjetas de crédito en modo revolving y que no sepan que pueden reclamar por ello. Se estima que hay más de un millón de usuarios con una de estas tarjetas en el mercado español con derecho a reclamar. Las entidades financieras han empezado a dotar provisiones en sus balances. Bankinter ha realizado recientemente un estudio y ha estimado que las entidades financieras deberán devolver más 1.500 millones de euros a sus clientes. Y uno de ellos puedes ser tú.
Una tarjeta revolving es un tipo de préstamo en forma de tarjeta. Con las tarjetas revolving el banco o la entidad financiera ofrecen un préstamo que se devolverá en cuotas mensuales, normalmente cuotas fijas o un % sobre del capital financiado. Una de las características de este producto es que permite tener acceso a la financiación sin tener dinero disponible en la cuenta bancaria.
A diferencia de un préstamo que tiene un principio y un final, las tarjetas revolving tienen carácter permanente y permiten que el cliente vaya devolviendo mes a mes el dinero que le han prestado y que de nuevo, esa parte que ha amortizado vuelva a estar disponible para nuevas operaciones o disposiciones. Con ello, las entidades consiguen que el dinero que se ha concedido se puede utilizar una y otra vez y que vaya generando, con cada uso, nuevos intereses.
No obstante, el “problema” no es que se generen nuevos intereses, es normal que paguemos intereses si decidimos financiar una compra, el problema es que los intereses en muchas ocasiones son superiores al 20% y que se han comercializado de manera poco transparente. Muchos clientes están literalmente atrapados en una espiral de mensualidades que dura años y han empezado a demandar a bancos y entidades financieras.
La sentencia del Tribunal Supremo del pasado 4 de marzo es una de las bases para reclamar por los intereses pagados en estas tarjetas. El Supremo ha vuelto a fallar a favor de los consumidores como ya hiciera en noviembre de 2015. El Órgano Supremo considera usura los intereses "notablemente superiores" al interés medio de las tarjetas de crédito publicado por el Banco de España.
Estas sentencias unidas a un buen estudio por parte de un despacho especializado son casi una garantía para recuperar los intereses cobrados por las entidades financieras, hay varios que se han especializado en la materia.
Pero, ¿Qué puede conseguir el usuario si gana la demanda?
Si gana, como parece que va a ocurrir en la mayoría de los casos, el usuario tendrá derecho a que le devuelvan todos los intereses pagados o pendientes si son considerados “notablemente superiores” al interés medio de las tarjetas de crédito publicado por el Banco de España. En ese caso, el usuario sólo va a tener que devolver el capital financiado. Cuantos más meses lleve pagando y más compras haya ido realizando con cargo a la tarjeta, más intereses habrá acumulado y mayor será la cantidad que pueda recuperar, ya sea sobre lo ya amortizado como sobre intereses pendientes de pago. En muchos casos, los usuarios recuperan miles de euros tal y como nos han informado los abogados de este despacho.
El despacho suele cobrar un pequeño porcentaje de lo recuperado en concepto de honorarios sólo si gana el caso, tanto si se consigue por acuerdo extrajudicial (llegando a un acuerdo con la entidad), como en caso de obtener una sentencia favorable para el usuario. Cada día llegan decenas de reclamaciones a las entidades financieras.
El importe medio reclamado por los usuarios que tiene en cartera el despacho con el que hemos hablado es mayor a los 1.800€.
En algunas webs especializadas como ésta se ofrece mucha más información para todos los usuarios que estén interesados en reclamar lo que por ley les puede pertenecer.
Después del aluvión de reclamaciones por preferentes o por casos de hipotecas con cláusulas suelo, las reclamaciones de estos intereses después de la última sentencia del Tribunal Supremo, se ha convertido en una nueva oportunidad para los usuarios y una nueva amenaza para las entidades financieras.