Jorge es de esos presentadores a los que no les da ningún reparo hablar de cosas personales.
Sabe hasta dónde puede llegar y es capaz de llamar la atención de los telespectadores cuando empieza a contar anécdotas de su vida más privada. (¿Cuál es la verdadera razón por la que se ha rapado el pelo Jorge Javier Vazquez?)
Como cada miércoles, el catalán, se abre en canal en su blog de Lecturas y no deja a nadie indiferente con sus confesiones.
Si la semana pasada contaba que le gustaría que hubiese un referéndum para que los españoles determinemos si queremos rey o no, hoy cambia de tercio por completo y cuenta cómo está llevando la difícil situación que se vive en nuestro país.
El blog de Jorge
"No estoy durmiendo bien estos días. Me desvelo varias veces a lo largo de la noche y, aunque me vuelvo a dormir, acabo agotado entre sueño y sueño porque no dejo de soñar". (Sale a la luz el vídeo que hunde a Telecinco: ¡¡Jorge Javier Vázquez mofándose de los ancianos "a punto de palmarla"!!)
"De hecho son sueños que me dejan un gran poso de tristeza. Poco agradables. Desde que comenzó el confinamiento no he tenido ni uno erótico, y eso que antes eran muy frecuentes. Pero fue empezar la cuarentena y nada de nada".
Además, Jorge confiesa que desde que el Gobierno decretó el estado de emergencia y nos obligó a aislarnos en nuestras casas dice que anda "bastante caliente". "Caliente de subirme por las paredes, de darme cabezazos contra las paredes también".
Jorge confiesa estar alicaído y aunque él dentro de lo malo goza con gran suerte ya que puede salir a trabajar y tener algo más de vida social asegura sentirse más triste que nunca. "Me cuesta explicar por qué me invade esa pena por las mañanas cuando pienso en C., por ejemplo. Es joven, goza de buena salud, tiene trabajo, amigos y medios para hacer más llevadero el confinamiento. Pero él quiere salir a la calle, tomarse una caña con su gente, irse de marcha. En una palabra: decidir, ser libre".
Se pone melancólico y analiza la situación. Destaca que un día más es un día menos para la ansiada libertad. "Creo que lo que más me duele es darme cuenta de lo débiles que somos los seres humanos. Nosotros, que nos creíamos fuertes y poderosos, debemos permanecer en casa para luchar contra un virus que ha paralizado nuestras vidas. Entristece pensar que la solución sea encerrarse. Pero no nos queda otra. A partir de ahora, siempre nos quedará un día menos para volver a las calles".