Sergio Ramos parece no pasar por su mejor momento desde que aterrizó en Chamartín procedente del Sevilla. El capitán del Real Madrid no está deleitando a los aficionados merengues con buenas actuaciones, y su futuro en el club blanco está en el aire.
Tras la venta de Cristiano Ronaldo y la marcha de Zinedine Zidane, Ramos se ha convertido en el único referente de un vestuario cada vez más heterogéneo.
El defensa ejerce su capitanía con un carisma y un afán que incomoda a la cúpula madridista y algunos directivos aseguran que cuando llegue el verano el presidente podría incluirlo dentro de la lista de traspasos.
Sin embargo, otras fuentes cercanas al club apuntan a que los últimos movimientos de la entidad blanca han sido para proteger al jugador de los pitos que recibió durante el último partido disputado en el Santiago Bernabéu.
Pitada 'monumental' tras anotar un penalti
En la jornada anterior, Ramos recibió una pitada inédita de la grada, algo que el defensa español pocas veces había experimentado desde su llegada al club blanco.
Lo curioso fue que la pitada 'monumental' le llegó tras anotar el segundo gol de los blancos que certificaba el triunfo ante el Valladolid que les complicó mucho la vida.
Desde el entorno del jugador ya se advertía que el ambiente estaba algo 'cargado' en relación a su rendimiento deportivo.
La Grada de animación, la hinchada oficial del Real Madrid, organizó una pitada al capitán tras el correctivo recibido en el Camp Nou. Cada vez que el andaluz tocaba la pelota, la grada se convertía en una olla a presión.