Suena la sirena para Zinedine Zidane en el Bernabéu y se juega su puesto en un mes clave. Lopetegui cayó a las primeras de cambio, y tras ser goleado en el Camp Nou, y ahora todos se centran en la labor del míster francés. (¡¡Chivatazo del PSG!! Mbappé, al Real Madrid en 2020 sí o sí).
Zidane juega este sábado ante el Levante, un rival que dinamitó al técnico español en la pasada temporada, para después dar paso a un recital de partidos de alto voltaje (PSG, Sevilla, Atlético, Barça...) y todos lejos del Santiago Bernabéu.
Zidane, con la mosca detrás de la oreja
Una prueba de fuego para el proyecto de Zidane y para saber si se le busca sustituto o se le da cuerda hasta final de temporada. Uno de los nombres que más sonarán, en caso de debacle, es el de José Mourinho. El entrenador portugués volverá a las andadas y Zizou que anda con la mosca detrás de la oreja ya lo sabe.
“El Madrid fue lo mejor de mi carrera”
Mourinho no deja de hacer guiños a su pasado en el Real Madrid, y sigue sin equipo, mientras espera a los madridistas: "El Real Madrid fue mi mejor experiencia por lo que aprendí como entrenador, como hombre, por las lecciones que me llevé en mi carrera y en mi vida. Es el mejor recuerdo de mi carrera, fue fantástico. Lo que me pidieron en el Real Madrid iba con mi naturaleza. Me dijeron que teníamos al otro lado al mejor equipo del mundo, que nos estaban machacando y teníamos que invertir la situación. Teníamos que evitar que el Barça nos machacase y por eso la final de Copa de Mestalla es la más importante. A partir de ahí nada fue igual. Ganamos la Liga, la Supercopa, pero nada fue como la final de Copa. Infelizmente no logré ganar las tres semifinales de Champions", comentó Mou.
Florentino cita a Mou
Por otra parte, en la reunión de socios celebrada en el Bernabéu, Florentino también se acordó de José Mourinho: "Aquí no fichan los entrenadores, ficha el club. Porque el entrenador se va y los jugadores se quedan. Modric, por ejemplo, lo recomendó Mourinho. Aquí no se improvisa”, argumentaba el presidente citando al de Setúbal. Zidane quiere callar bocas y demostrar que tiene cuerda para rato en Chamartín.