Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío. Y no hay nada más frío que un crucifijo de metal. Un joven de 19 años ha acabado con la vida de un sacerdote que abusaba de él.
De nacionalidad francesa, el chico ha sido acusado de homicidio, tortura y resistencia al arresto. El pasado 4 de noviembre, Alexandre acudió a casa del sacerdote de 94 años para trabajar.
Investigan al sacerdote
Asfixió, golpeó al anciano varias veces y le clavo un crucifijo en la garganta. Fue detenido el mismo día y trasladado a un hospital psiquiátrico. Según los medios locales, el joven dice no recordar el momento del asesinato.
Según una investigación en curso, el sacerdote Matassoli, ya había sido acusado de abusar sexualmente de al menos cuatro niños entre los años 1960 y 2000, incluido Alexandre.
Siguió cobrando
La iglesia pasó por alto las acusaciones y Matassoli siguió trabajando y cobrando de la iglesia hasta el año 2018. Aunque durante esos años fue trasladado a diversas parroquias con cada acusación. (España, modelo a seguir en la lucha contra la violencia machista)
La policía se cree que se trata de un acto de venganza por los abusos sufridos. (Prisión permanente para la madre que mató a su hija de nueve años con un cóctel de pastillas y asfixiándola)