Las autoridades de Madrid reclaman la calificación de "zona catastrófica" para la zona tras el paso devastador del temporal Filomena y el Gobierno da largas y no acaba de confirmar su predisposición a conceder esta gracia. ¿Por qué Pedro Sánchez se hace sueco ante el ruego de Almeida y Ayuso?
500 millones de euros tendrían la culpa según una información de OKDiario, que cifra en esta cantidad las pérdidas que ha generado el temporal Filomena a su paso por la capital de España. La situación financiera no está para lanzar cohetes, y menos para dar vida a gobiernos del PP en el ayuntamiento y comunidad madrileñas.
El Gobierno tiene problemas de liquidez y deberá recurrir a los fondos europeos de ayuda por los efectos de la pandemia del Covid-19 para hacer frente a sus obligaciones, mientras coloca a Madrid en lista de espera porque la teta no da para todos.
Que Madrid ha vivido una catástrofe con el paso de Filomena es algo innegable. Pero el Gobierno cuestiona lo de "zona catastrófica", porque no le viene bien pagar y porque no desea recompensar a Pedro Casado y su pala por lo que en Ferraz entienden que es puro postureo.
Ya han habido otras declaraciones de zona catastrófica
Y la ciudadanía está pendiente de la decisión porque o el Gobierno se hace cargo de los destrozos o, como casi siempre, la reconstrucción saldrá del bolsillo de los particulares. Estamos hablando de la reparación de destrozos causados en viviendas y locales comerciales, ayudas a negocios y recintos industriales y subvenciones para hacer frente a los daños causados en las infraestructuras municipales y autonómicas.
Y luego vienen las inevitables ayudas fiscales en forma de exenciones en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), rebajas en el Impuesto sobre Actividades Económicas, reducciones de tasas, etc. Mucho dinero para dejarlo en manos de gobiernos dirigidos por la oposición, que se aprovecharía de la ayuda de los fondos del Estado mientras busca réditos electorales bajando los impuestos a sus ciudadanos.
Y que Madrid reciba el tratamiento de zona catastrófica tampoco supondría ninguna novedad en la actividad política española. En los últimos meses ya recibieron la declaración de zona catastrófica las inundaciones de Orense y Navarra, los incendios en Tarragona, Madrid, y Gran Canaria, o la DANA.