A pesar de las múltiples voces que se han levantado en contra de esta decisión, el Gobierno de Pedro Sánchez mantiene fija su postura de aprobar, cuanto antes, los indultos a los presos independentistas, condenados por el procés. Una postura frente a la que el presidente socialista podría encontrarse con el Tribunal Supremo, que no estaría dispuesto a aceptar esta concesión.
Y es que, según los rumores que circulan en el ámbito jurídico, aseguran que el alto tribunal podría "anular" estos indultos, en un movimiento sin precedentes, si el Gobierno decidiese ofrecer esta medida de gracia, la cual ha sido catalogada por el Supremo en su escrito como una "medida inaceptable".
Un posible 'ataque' del alto tribunal al Gobierno que, desde Moncloa, ya estudian cómo devolver, explorando la vía del Tribunal de Conflictos de Jurisdicción, y recordando, según ha podido conocer La Razón, que el Gobierno es quien toma finalmente esta decisión, a pesar de que se soliciten informes a la Fiscalía o al Supremo para conocer su posición al respecto.
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"El indulto es un acto de Gobierno, con límites formales tasados. El Tribunal Supremo informa, pero no decide" recuerdan desde Moncloa, asegurando que el Ejecutivo no puede conceder un indulto total, pero sí parcial, "rebajando la pena en cuantro años2, lo que "bastaría para que pudieran salir de la cárcel".
El PSOE, dividido ante esta decisión de Sánchez
Ante las afirmaciones del Gobierno, contrarias a todos los informes judiciales publicados al respecto, varios barones y miembros relevantes del PSOE han mostrado su inquietud ante los indultos a los independentistas, y sobre las consecuencias que podrían tener estos indultos en la opinión pública.
"Es nuestro propio electorado el que apenas comprende la postura del presidente del Gobierno" han lamentado los barones socialistas; una preocupación que ha llevado a muchos socialistas, de forma interna, a exigir que Sánchez comparezca ante el Congreso de los Diputados para explicar la concesión de esta medida de gracia.
Una medida de gracia que, según fuentes socialistas, podría ser "un ridículo histórico" para el PSOE "si después de conceder los indultos, los políticos catalanes volvieran a incurrir en los ilícitos que se les han perdonado".
Ridículo que también ha sido analizado públicamente por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que ha considerado "un grave error de la democracia" la concesión de estos indultos, más aún, sin haber un arrepentimiento formal de los condenados: "¿Se imagina alguien en qué posición quedaría el que toma la decisión de indultar, sin garantizarse primero la renuncia expresa a volver a las andadas?" ha criticado.