Finalmente los dos candidatos a quedarse el imperio del Grupo Zeta, Javier Moll (Prensa Ibérica) y Jaume Roures (Mediapro) se van a repartir el pastel.
Inicialmente parecía que el pool de bancos que tiene intervenida la dirección del grupo se decantaba por la oferta de Javier Moll (Prensa Iberica) para hacerse con la propiedad del grupo. Moll ofrecía 40 millones, 20 menos que la oferta de Jaume Roures.
Sin embargo, la oferta de Roures no estaba bien vista en círculos políticos por sus simpatías independentistas. (Los tres candidatos que aspiran a apoderarse del imperio de Zeta)
Finalmente las tres partes se han puesto de acuerdo para repartirse el pastel a gusto de todos. Roures no tocará El Periódico, que quedará en manos de Moll, con lo que no podrá adoctrinar independentismo con él. En cambio Moll renuncia al deportivo Sport, que quedará en manos de Roures.
En contra de lo que pudiera parecer, Roures estaba más interesado en el deporte que en la política en este caso, de ahí que su interés por el grupo Zeta estuviera más dirigido a quedarse con Sport antes que con El Periódico, un diario de referencia de carácter españolista y presumiblemente de izquierdas. (A Roures no le dejan comprar El Periódico)
Roures necesitaba un medio escrito en papel potente, que a su vez dispone de versión online poderosa para hacerlo crecer aprovechando las sinergias de sus derechos audiovisuales en el tema deportivo. Por otra parte, la propiedad del diario Sport le confiere poder dentro del entorno del FC Barcelona, algo a lo que ha aspirado desde su época de productor de TV3 y simple amigo de Cruyff y de los enemigos de Josep Lluis Núñez en general. (Dios los cría y ellos se juntan: Torra premia a Roures como republicano del año)
El acuerdo, por otra parte, permite a Moll obtener la conformidad del Institut Català de Finanzas, el único acreedor que todavía no había aprobado la quita del 70% sobre la deuda de Zeta que ascendía a 10o millones.
No ha quedado claro si el pellizco que se reserva Antonio Asensio para él con la venta de la empresa que fundó su padre se queda en 15 o en 10 millones de euros.