Rocío Jurado, que nació en Chipiona el 18 de septiembre de 1943, fue una cantante española de fama internacional, que se especializó en géneros musicales como la copla andaluza y el flamenco, así como en el pop español, bolero y la balada romántica, faceta con la que alcanzó relevancia en España y América.
Profesionalmente, Rocío Jurado despuntó con un repertorio mayormente de copla, género que empezaba a perder vigencia y que ella revitalizó con actuaciones enérgicas, tanto en voz como en presencia escénica. Popular ya en los años sesenta y primeros setenta, en parte por algunas apariciones como actriz en televisión y cine como en la serie Curro Jiménez, Rocío dio el salto a la categoría de estrella internacional al inclinarse a un repertorio melódico, de balada romántica, con instrumentaciones orquestales y una imagen personal (maquillaje, peluquería y vestuario) al gusto europeo. Rocío alternó la bata de cola con suntuosos vestidos de noche, a veces muy comentados por su audacia. De los años setenta y ochenta son sus éxitos más inconfundibles: "Si amanece", "Como una ola", "Lo siento mi amor", "Señora", "Como yo te amo", "Ese hombre", "Se nos rompió el amor", "A que no te vas", "Muera el amor", "Vibro"... Muchos de ellos debidos a Manuel Alejandro y grabados por José Antonio Álvarez Alija.
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La prolongada celebridad de Rocío radica en las canciones románticas más que en su faceta folclórica puramente española. Fue famosa por estas baladas también en Hispanoamérica, donde tal vez se mantuvo de moda por más tiempo que en España, lo que explica sus posteriores tanteos con ritmos mexicanos y caribeños: "Me ha dicho la luna", "Te cambio mi bulería"... Grabó duetos con figuras célebres de aquel continente: con José Luis Rodríguez "El Puma" la canción "Amigo amor" y con Ana Gabriel la ambigua canción "Amor callado". En 1990 participó en un show de homenaje a Lola Flores en Miami, con la que grabó el dueto "Dejándonos la piel".
La voz de Rocío Jurado fue reconocida a nivel internacional. Prueba de ello es el premio como la Mejor voz femenina del siglo XX, que le fue concedido en 2000 en la ciudad de Nueva York por un grupo de periodistas del espectáculo. Además, en 1985 llegó a cantar en la Casa Blanca para el –por entonces– presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan. Mantuvo tal fama, que su fallecimiento mereció un artículo en la página web de Billboard.8 El 2 de abril de 1988, Rocío Jurado recibió el premio América a la Mejor voz latina. El acto tuvo lugar en el Caesars Palace Casino en Las Vegas.
El palo a La Fábrica de la Tele
En una entrevista concedida en televisión, Rocío Jurado analizó el panorama periodístico que había por aquel entonces y que se asemeja mucho al actual. La cantante española comentó la existencia de un gran número de periodista "fantásticos" y de otro grupo más pequeño que solo busca el dinero.
"En el mundo del periodismo hay periodistas fantásticos, veraces...pero desgraciadamente, como esto da dinero, hay mucha gente que está lampando por trincar un duro y entonces se inventan y hacen cosas y buscan de donde no hay. Gracias a dios son los menos pero no veas tu el ruidito que hacen", dijo la cantante española.
Rocío Jurado fue muy clara a la hora de hablar de este grupo de periodistas, que se puede asemejar a día de hoy con La Fábrica de la Tele y, sobre todo, con su programa estrella: Sálvame. Por aquel entonces existían programas similares a Sálvame con los mismos periodistas que hoy se reunen en el plató de Telecinco.
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El fallecimiento de Rocío Jurado
El 1 de junio de 2006 fallecía a las cinco y cuarto de la madrugada en su casa de la urbanización La Moraleja, Alcobendas, cerca de Madrid. Falleció de cáncer de páncreas, a los 62 años de edad, así lo informaba a las puertas de la residencia familiar a las 6 de la mañana su hermano y mánager, Amador Mohedano Jurado.
El cuerpo fue trasladado al Centro Cultural de la Villa en la Plaza de Colón de Madrid, donde se instaló una capilla ardiente para su velatorio público. Finalmente su cuerpo fue trasladado a Chipiona donde más de 20 000 personas fueron llegando durante toda la madrugada del 2 de junio para darle el último adiós. Allí sus restos descansan en paz en el cementerio de San José.
Estuvo tan ligada siempre al mundo del toro, a través de su segundo marido y en las canciones que cantaba, que el día de su entierro en la plaza de toros de Las Ventas se guardó un minuto de silencio en su memoria tras el paseíllo. Ese día se celebraba la penúltima corrida de feria de San Isidro y los diestros que toreaban aquella tarde, Javier Conde, Uceda Leal y Andrés Palacios, portaron brazaletes negros en señal de luto por su muerte.