Hace seis semanas, los concursantes de Supervivientes llegaban a Honduras, y comenzaban su nueva aventura dentro del reality-show de Telecinco.
Todos eran conscientes de las duras pruebas que les esperaban en la isla, pero para Rocío Flores lo serían aún más, dado que sus fuertes complejos por su forma física le iban a jugar una mala pasada.
Así lo admitía su padre, Antonio David, que aseguraba que el "punto débil" de la joven de 23 años era su apariencia física.
"No va a la playa porque le da apuro" afirmaba el colaborador, explicando que la fuerte ansiedad que padecía la llevó a subir de peso los últimos años.
Sin embargo, las semanas han ido transcurriendo en la isla, y el movimiento y la dieta estricta a que se ven sometidos los concursantes han hecho mella en Rocío, que ha perdido unos cuantos kilos en la isla...y también muchos complejos.
Por fin abandona las sudaderas
La hija de Rocío Carrasco lucía un estilo de lo más pintoresco en la playa de Honduras: anchas camisetas o sudaderas, que resultaban excesivamente llamativas y calurosas para estar en la playa.
Muy en contraposición a sus compañeras de reality, que se paseaban sin tapujos en bikini por la playa y durante el programa.
Ahora, gracias a la evidente bajada de peso, Flores ha decidido poner fin a sus miedos y se ha puesto un favorecedor bikini, demostrando así que se encuentra mucho más a gusto con su cuerpo, y con mentalidad fuerte para seguir quemando etapas dentro del programa.
Cambio de look y de actitud que ha sido muy aplaudido por Jorge Javier Vázquez. "Estás muy atractiva" le ha asegurado, sacando una sonrisa triunfal a la hija de Antonio David.
