Los futbolistas de élite vienen viendo como su seguridad y la de sus familias se encuentra más amenazadas que nunca. Pese a contar con la última tecnología para defender sus hogares, empleados de sus clubes monitoreando sus domicilios las 24 horas del día y chalets que parecen auténticos fortines, una ola de violencia y asaltos se ha tomado las vidas de varios jugadores del primerísimo nivel.
Karim Benzema fue el último de una larga lista de futbolistas que tuvo que enterarse horas después de un encuentro sobre un asalto en su domicilio. El delantero del Real Madrid se encontraba en el Bernabéu midiéndose con los defensores del Elche mientras su casa era penetrada por delincuentes que se llevaron joyas y otras pertenencias del galo.
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No hubo heridos al tratarse de un atraco a un domicilio vacío, pero volvió a ejemplificar el alarmante crecimiento de incidentes relacionados con la inseguridad en el fútbol de élite. Karim y sus seres queridos tuvieron suerte, pero hubo otros casos donde por algunos minutos todo pudo haberse convertido en una desgracia.
Dicha ola de violencia e inseguridad en las casas de los jugadores tuvo su inicio en Francia, donde por varios años las noticias en relación a robos en las casas de futbolistas del PSG se tomaban las portadas de los medios. Thiago Silva, Mauro Icardi y Ángel Di María, quien tuvo que abandonar un encuentro mientras su familia se encontraba atada por los criminales en su domicilio, marcaron el comienzo de una amenaza que se ha convertido en realidad.
En Inglaterra y España no tardaría en repetirse lo visto en la Ligue One. La Premier League y LaLiga han tenido incluso conversaciones con los clubes para evitar que los casos aumenten y que la seguridad de los hogares de los jugadores sea la más moderna posible. Se han tomado medidas, pero la cosa de parecer haber mejorado realmente.
Los casos más recordados
Al de Ángel Di María se le suman el episodio de Nicolas Otamendi en el Manchester City, donde su familia también se vio privada de su libertad por algunas horas mientras los ladrones asaltaban todo lo que podían. Otros como Ansu Fati en Barcelona vivieron exactamente lo mismo hace solo unos meses, mostrando que las bandas detrás de los hechos ya saben exactamente como ejecutar los planes trazados en Francia para poner en jaque la seguridad de los jugadores.
Dinero en metálico, relojes y joyas se fueron de los hogares de otros jugadores del Barcelona en el pasado como Gerard Piqué, Nelson Semedo, Boateng, Arthur y Jordi Alba. No hubo violencia ni amenazas como en los casos anteriormente mostrados, más si la sensación de vulnerabilidad cuando se abandona el domicilio.
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En el Real Madrid tampoco es la primera vez que esto ocurre. Karim Benzema se unió hace solo unos días a la lista de trabajadores del club que han sido víctimas de esta bandas que amenazan la tranquilidad de los jugadores. El por entonces entrenador Zinedine Zidane, Raphael Varane (en dos ocasiones) Isco Alarcón, Casemiro y Lucas Vázquez, los casos previos al del delantero francés.
El fútbol está bajo las amenazas de una ola de crímenes en sus domicilios donde también se han registrado episodios donde los propios futbolistas han sufrido golpes y violencia. Joao Cancelo, figura del Manchester City de Pep Guardiola, mostraba días atrás unas preocupantes imágenes de como quedó su rostro tras enfrentarse con los atracadores.