En 1911, Pablo Picasso y el poeta Guillaume Apollinaire fueron acusados de robar el cuadro de ‘La Gioconda’, que había sido sustraída del Louvre.
El motivo de la acusación se basó en que el pintor malagueño había comprado a Honoré Joseph Géry unas estatuas ibéricas que habían sido robadas del Louvre.
Falta de pruebas
La policía francesa interrogó a Picasso y a Apollinaire, pero al no tener ninguna prueba del delito, fueron puestos en libertad.
Picasso tenía 30 años y ya destacaba como pintor en París.
Hallada de Italia
Dos años y medio después del robo, un anticuario italiano localizó el paradero de la Mona Lisa.
El cuadro estaba en Florencia y Vincenzo Peruggia, el autor del robo, estaba intentando venderla cuando fue sorprendido por la policía.
El hombre intentó justificarse diciendo que quería devolver el célebre cuadro de Leonardo da Vinci a su país de origen.