La crisis global del coronavirus ya se ha llevado a más de un millón de personas, ante las lágrimas de sus familiares que, apesumbrados, tienen que asumir que no podrán darles el último abrazo a sus seres queridos por protocolos sanitarios.
Pero la vida siempre nos tiene sorpresas reservadas, como ha sido el caso de una familia de la República de Macedonia del Norte.
Un hombre recibió la triste noticia de que su madre había fallecido a causa del COVID-19, como por desgracia está siendo habitual en las últimas semanas.
Blagoice Doncev empezó entonces con los preparativos de su entierro: se puso en contacto con una funeraria, habló con un sacerdote para concretar los detalles de la ceremonia, puso carteles por las calles de la ciudad anunciando la muerte de su madre...
Todo estaba listo, y fue entonces cuando Doncev fue al hospital para recoger el cuerpo de su madre. La sopresa llegó cunado habló con el personal del centro: "Cuando fuimos a reclamar su cuerpo, me dijeron que no sabía dónde estaba".
Una alegría entre mucho sufrimiento
Pero esa no era la única sorpresa que le esperaba. "Poco después, nos dijeron que estaba viva", explicó, añadiendo que, además de ser algo increíble, también se encontró estresado.
Resulta que su madre, de 58 años, había sido ingresada en el Hospital General de Kocani, al norte oriental del país, en estado muy grave.
Los médicos dijeron que no habían podido salvarle la vida... pero resulta que la información era del todo incorrecta: la mujer había sido reanimada con éxito, y actualmente sigue en tratamiento.
Doncev no puede ver a su madre por las restricciones impuestas para evitar el riesgo de expansión del coronavirus, pero es el hombre más feliz del mundo. El hospital... no tanto: su error no quedará en nada y el caso se encuentra bajo investigación.