La estancia en la UCI de Antonio Resines se saldó finalmente con un desenlace positivo para él y para su familia, puesto que el mítico actor español pudo superar la enfermedad a pesar de haber estado entubado e ingresado durante más de un mes debido a la neumonía que le provocó la COVID-19. Sin embargo, Resines logró salir del hospital después de una larga batalla contra el virus y poco a poco está intentando retomar los proyectos que la pandemia dejó paralizados.
Hasta ahora, Resines había hablado del antes y del después de su internamiento en la Unidad de Cuidados Intensivos del servicio de salud español, pero nunca lo había hecho de las vivencias que recuerda durante su ingreso. Lentamente, el actor español se ha ido abriendo en diferentes entrevistas, con lo que los cuidadanos españoles podemos reconstruir parte por parte cómo de dura ha sido su estancia en la UCI debido a su contagio por COVID.
Durante su paso por la Unidad de Cuidados Intensivos, Resines sufrió variadas alucinaciones debido a la enfermedad y a los efectos de la medicación que le proporcionaban para combatir la COVID. En una de sus pequeñas ráfagas de consciencia, Resines recuerda tener una alucinación cuyo protagonista es realmente inesperado: José Luis Martínez-Almeida, actual alcalde de Madrid.
El actor narra de esta forma su particular recuerdo de aquel periodo de tiempo que estuvo en la UCI: "Es un delirio... Para una deuda que tenía contraída con la casa Windsor, tenía que buscar un avalista porque yo no tenía dinero para pagarles y el avalista perfecto era el Ayuntamiento de Madrid". Esta resolución no sentó muy bien a las autoridades madrileñas: "La cantidad eran 12.000 millones de euros al mes y cuando dije al Ayuntamiento de Madrid de avalista, los que me perseguían me querían matar y me dijeron que era imbécil".
Además, Resines también sufrió otras alucinaciones durante su tiempo en el hospital, que atraviesan la barrera del espacio-tiempo y sitúan al actor en un esquema parecido al de 'Los Serrano': "En mi habitación estaban Hitler, Mussolini y Franco... y yo les llamaba Adolfo, Benito y Paco. Iker Jiménez alucinaría con todo esto".
Aparte de sus alucinaciones, Resines solo tiene palabras de agradecimiento para quienes le atendieron en su momento más difícil, y no ha tenido reparos en describir lo poco que recuerda de su estancia en el hospital: "La UCI ha sido un verdadero horror. Había objetos que no sabía cómo se llamaban, sabía lo que eran, pero era incapaz de decirlo... Un horror". Quizá estas impactantes declaraciones sirvan como ejemplo para quienes insisten en ignorar los efectos nocivos de esta pandemia, que todavía sigue existiendo y siendo peligrosa.