Podemos quiere entrar en el Gobierno a toda costa, el PSOE se resiste y Raúl del Pozo lo analiza con su maestría habitual en El Mundo.
El veterano columnista recuerda que "Podemos no nació en una fábrica, ni siquiera en una taberna, sino en un plató, cuando la televisión no emitía realidad sino un simulacro de realidad". (Echenique confiesa las razones por las que Iglesias se lo ha quitado de encima).
"Podemos fue una revuelta posmoderna"
"Podemos, añade, fue una revuelta -no revolución- posmoderna, más individualista que colectiva; en cierta forma, un segundo mayo francés, un sicodrama, pero a diferencia de los franceses tuvieron el talento de transformar la ira provocada por la recesión, en votos. Los dirigentes tampoco eran obreros del metal, ni de la Renault, ni contaban con Sartre; eran pijos de universidad, algunos intoxicados de populismo latinoamericano".
Dice Del Pozo que "Podemos es un partido posmoderno y marxista, lo cual es una contradicción en los términos; propuso una nueva subjetividad revolucionaria, atacaban los cangrejos rojos de la socialdemocracia, recordándole el pasado de la cal viva. Sustituyeron la lucha de clases por lo que quiere la gente, conectaron con los hedonistas de los 70-80, los de la razón con minúscula, la lógica cultural del capitalismo tardío, la derrota del pensamiento, la certeza de que no existen verdades absolutas y que existe la diversidad y el caos". (Cambio radical de Iglesias a la Ejecutiva de Podemos: ¡¡La 'purga' continúa!!).
Y pronostica: "Pablo Iglesias propone un Gobierno progresista y estable; el PSOE le contesta diciendo que prefieren gobernar solos cuando los enemigos de Iglesias informan de que Podemos está roto a pedazos. El PSOE les dará algo, una caridad, pero les espera mucho culo en el banquillo, porque Ferraz desprecia a los prófugos y arrepentidos".