El País sigue su campaña para forzar a Ciudadanos y Podemos a regalarle la investidura a Pedro Sánchez.
Manuel Jabois ironiza sobre Rivera: "Al fin y al cabo, la pregunta esencial es: ¿qué es lo mejor para España, que yo incumpla mi palabra dada a mis votantes y dé estabilidad a mi país, o que yo respete a mis votantes y lleve al país a otras elecciones? ¿Lo mejor para España no sería, entonces, lo peor para la democracia? ¿Va antes la patria?".
La SER y Albert Rivera
Antonio Elorza machaca a Podemos: "El propósito fundamental de Pablo Iglesias es alcanzar el poder personal. Disputar la democracia es jugar en su marco, para desde un maquiavelismo primario llegar a ese fin. No cuentan los intereses generales, porque él es su personificación. Importa ante todo deshacerse de competidores; de ahí su responsable jugada contra Carmena y Mas Madrid. Y el no rotundo anterior a intervenir en el pacto PSOE-Cs, aunque en ambas ocasiones gane el PP. Tal vez como puede ocurrir ahora".
Pepa Bueno, en la SER, salva en parte a Cs: "A Rivera, los mismos que lo mimaron o ayudaron sinceramente, le exigen cuentas del papel de bisagra en el que creyeron o invirtieron, según el caso. Parece claro que no se tomaron en serio las campañas electorales en las que, claramente, Rivera optó por disputar el trono de las derechas".
Políticos de plató
Y Raúl del Pozo, desde El Mundo, denuncia la estrategia llevada a cabo por Iván Redondo: "Moncloa emplea todo el poder mediático para convencer a los tránsfugas encubiertos de que la actitud de Rivera es incomprensible. Como todo es relato en la nueva política, los líderes insisten en la estrategia de comunicación, buscando la retórica que más guste a los votantes".
Remata el columnista: "Son políticos de plató, que ya no se ocupan más que de su suerte personal. Gana el partido que conecte con más votantes y todos basan su relato -un sueño, un cuento, una fábula- en el desprecio y la aversión al adversario. Han descubierto el storify, el arte de contar historias, aunque sean de terror".