Al nacer, los seres humanos tenemos un total de 300 huesos.
Sin embargo, las personas adultas tienen 206 huesos (94 menos que los bebes).
Esto se debe a que, al nacer los huesos son blandos y flexibles y están preparados para adaptarse al parto.
Con el paso del tiempo, estos mismos huesos se vuelven más rígidos y se van soldando.
Ejemplos
La cadera de los bebés, por ejemplo, está dividida en 3 o 4 vértebras sacras que se acabarán uniendo en el sacro.
El húmero de un bebé, por ejemplo, está dividido en tres partes.
El maxilar está dividido en dos en los bebés (superior e inferior).
Por estos motivos, los bebés tienen muchos más huesos que un adulto.