En alguna que otra ocasión habrás tenido que aceptar el uso de cookies para poder acceder a la información de una página web
Se ha convertido en algo rutinario para los internautas, aceptar cookies a mansalva, aunque en muchas ocasiones no se sabe muy bien a lo que se refieren con este concepto.
Y es que se trata de unos datos sobre el usuario que se suelen almacenar para así conseguir personalizar la búsqueda del mismo por un navegador y también ayudar a los dueños de las webs a conocer mejor a sus clientes.
De esta forma, cuando un usuario acepta las cookies y navega por la página, al dueño de la página le llega una información de esta persona en un pequeño archivo de texto.
Por lo que durante la estancia en la web, las cookies se van a encargar de retener cierta información del usuario.
Un ejemplo puede ser una persona que se introduzca en un traductor y quiera saber el significado de una palabra en francés.
La página guardará estos datos y la próxima vez que ingrese en ella ya aparecerá directamente elegido el idioma galo.
Aunque esta herramienta se comenzó a utilizar en el año 1994, desde entonces y hasta día de hoy muchos la interpretan como un acto que amenaza a la privacidad del consumidor.