Nikola Tesla tuvo la idea de levantar una torre con el objetivo de demostrar que la electricidad podía transmitirse de forma inalámbrica.
Así nació la Torre de Tesla, que actuaba como antena de telecomunicaciones inalámbricas.
El diseño de dicha torre intentaba aprovechar la conductividad del planeta para transmitir la energía gracias a la ionosfera y a la Tierra.
Nikola Tesla, científico e inventor austro-húngaro, también pensó la Torre de Wardenclyffe (más conocida como Tesla) para hacer llamadas telefónicas comerciales transatlánticas y retransmisiones de radio.
Pero sus instalaciones jamás llegaron a estar plenamente operativas y el proyecto no llegó a buen puerto por problemas de dinero.
Sin embargo, la Torre de Tesla sí se puso varias veces en marcha de forma limitada.
De hecho, las instalaciones terminaron ardiendo al sobrepasar la potencia energética límite.
Su escaso éxito hizo que la torre, de 60 toneladas, fuera destruida durante la I Guerra Mundial.
Las ideas de Tesla de transmitir energía inalámbrica a escala mundial quedaron en el olvido.
La nueva Torre de Tesla
Un siglo después de su construcción en 1901, los científicos Leonid Plejánov y Serguéi Plejánov analizaron las anotaciones y patentes de Tesla para determinar la viabilidad del proyecto.
Estos científicos rusos pretenden construir un prototipo de dos toneladas y con una bobina de Tesla que pueda aprovechar la energía solar y conseguir que esta no se pierda en el proceso.
¿Se hará realidad el sueño de Nikola Tesla?
De conseguirlo, la nueva Torre de Tesla revolucionaría la administración de la energía del mundo.