La apnea del sueño se debe a la relajación de los músculos respiratorios superiores que, en lugar de mantenerse contraídos y expandidos para permitir el paso de aire durante el sueño, se relajan y hay movimiento de la lengua hacia atrás bloqueando repetitivamente el paso de aire.
Los factores de riesgo para desencadenar la apnea del sueño son: obesidad sobre todo si hay acumulación de grasa a nivel de la zona del cuello esto produce estrechamiento de las vías respiratorias altas, amígdalas aumentadas de tamaño ya que estas se encuentran justo delante de la faringe y por ende generan obstrucción.
El consumo de sedantes, relajantes, alcohol o cualquier sustancia que genere relajación de la musculatura lisa debido a que favorece el mecanismo patológico anteriormente mencionado. Sentirse cansado al levantarse o roncar sonoramente son síntomas de apnea. Igual que los grandes buceadores sin bombona de oxígeno, la apnea consiste en no respirar durante un breve, en principio, periodo de tiempo.
Es un trastorno de carácter grave que afecta a la respiración durante el sueño. Es muy peligroso y si las apneas se repiten o se prolongan demasiado tiempo, podrían causar la muerte.
Una apnea “normal” puede durar desde 10 segundos hasta un máximo de 2 minutos. Hay tres tipos de apnea:
– Apnea obstructiva del sueño: ocurre cuando los músculos de la garganta se relajan.
– Apena central del sueño: el cerebro no envía señales correctas a los músculos que controlan la respiración.
– Síndrome de apnea del sueño compleja: es la combinación de ambas y la más peligrosa.