A lo largo de la historia, el ser humano ha practicado multitud de técnicas médicas fruto del desconocimiento en la materia, y la lobotomía cerebral es una de ellas.
La lobotomía cerebral consistía en una operación en la que se extirpaba o destruía la corteza frontal del cerebro para desconectarlo del tálamo.
Creencia
Hasta mediados del siglo XX se creía que una lobotomía cerebral podía frenar los síntomas y estados psiquiátricos de depresión, angustia, agitación y dolor.
De este modo, multitud de personas con ansiedad crónica, depresión o esquizofrenia se sometieron a este tipo de intervenciones.
Una práctica habitual hasta 1950
El doctor estadounidense Walter Freeman practicó un gran número de lobotomías cerebrales entre 1936 y 1950.
Para la operación utilizaba un picahielos y un mazo de caucho para destruir la corteza frontal del cerebro y sus nervios.
Walter Freeman no tenía conocimientos de cirugía.
Jamás hubo evidencias médicas de las supuestas bondades terapéuticas de la lobotomía cerebral.
Una barbarie médica
Una práctica médica que se erradicó definitivamente en 1967, cuando se llevó a cabo la última.
En la actualidad se considera que la lobotomía cerebral es una de las grandes barbaries de la historia de la medicina.