El expresidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, está meditando seriamente dimitir como presidente de Junts per Catalunya (JxCAT) y convertirse en la figura ‘republicana’ por excelencia. Es decir, en una especie de líder supremo del independentismo catalán.
Según El Confidencial, Carles Puigdemont lleva tiempo dándole vueltas a esta idea y ya se la ha trasladado a personas de su círculo más íntimo. Quiere ser una figura que esté por encima de todos los partidos políticos afines a la independencia y que sea aceptada por todo el separatismo.
La conspiración de Puigdemont: ha perdido completamente la cabeza tras su detención
Una fuente cercana al entorno de Puigdemont ha desvelado detalles sobre su plan. "Su intención es no tener cargo alguno en Junts para situarse por encima de los partidos políticos, ser una figura transversal aceptada por todo el espectro independentista".
Puigdemont ya no sabe que hacer para seguir en el foco mediático y para ser el rostro visible del proceso independentista. Lo que le faltaba al político separatista fugado es dimitir de sus cargos políticos para convertirse en el líder absoluto y supremo del 'procés'.
"Se trata de que no quiere ostentar ningún cargo de partido para tener las manos más libres y ofrecer una imagen que va más allá del partidismo. Él quiere ser el representante del independentismo, no de un partido. Y considera que para estar por encima del partido debe dejar su cargo. No puede ser de ninguna fuerza ni tener responsabilidades en ninguna si quiere ser el representante del independentismo", ha contado la misma fuente.
A Puigdemont no le vale con liderar un partido, quiere tener más poder y más libertad de acción y movimiento. Ha perdido completamente el norte al querer convertirse en un líder que esté por encima de los partidos políticos y, si por él fuese, del bien y del mal.
El Consell per la República, su 'base de operaciones'
Puigdemont quiere convertir el Consell per la República en su 'base de operaciones' para seguir al frente del movimiento separatista. Además, pretende alejarse de los partidos políticos por el miedo que tiene a perder el apoyo de los votantes y caer en el ostracismo.
Asimismo, se trata de una nueva estrategia a la desesperada para intentar 'recuperar' a aquellos separatistas que perdieron su fe en la causa ya que el independentismo comenzó su caída en picado desde las últimas semanas del año 2017. En este tiempo ha perdido innumerables apoyos y cada vez son menos los que aplauden a Puigdemont, a sus socios y al chiringuito que tiene montado.