La falta de utilidad de esta tarjeta, muy criticada, no ha sido una razón disuasoria para que los independentistas seguidores de Puigdemont 'inviertan' en este 'DNI catalán'.
Carles Puigdemont lanzaba, hace unas pocas semanas, su nuevo proyecto para conseguir financiación a costa del independentismo catalán, desde la comodidad de su refugio en Waterloo, a través del considerado 'DNI catalán'.
Un carnet de membresía del Consell per la República que, por 12€ en formato físico, y 9€ en formato digital, promete a sus socios obtener "beneficios" en algunos locales y en algunas transacciones en Cataluña; eso sí, en un plazo medio-largo de tiempo, ya que actualmente este carnet apenas cuenta con patrocinadores.
Un proyecto que llega después de que el Consell haya sido considerado un brutal fracaso del fugado de Waterloo ya que, a pesar de sus esfuerzos, en tres años de actividad, el Consell no ha conseguido aún alcanzar los 100.000 socios.
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Lo que sí ha conseguido Puigdemont es una rápida cantidad de dinero de sus contribuyentes independentistas: y es que, tal y como ha dado a conocer la propia institución, ya se han recaudado más de 135.000 euros gracias a este DNI catalán.
En concreto, se han concedido cerca de 12.000 carnets; un 88,5% de ellos, en formato físico, lo que equivaldría a un ingreso para Puigdemont de 127.440€; el resto, en formato digital, ascendería a los 8.280 euros.
La inutilidad de la tarjeta, criticada pero ignorada por los secesionistas
A pesar de las promesas del ex president de JxCat, actualmente el DNI catalán no tiene apenas utilidad; de momento, solo los digitales independentistas, como ElNacional.cat, permiten la utilización de este documento como acreditación, así como la compañía Telecom o la web de citas 'Gent com tu'.
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Una falta de utilidad que ha sido muy criticada, tanto en las redes sociales, como en el Congreso de los Diputados, donde Pedro Sánchez ha aprovechado para atacar a JxCat: "No sirve para ningún trámite, pero cuesta 9 euros" ha señalado el socialista.
Sin embargo, esta falta de utilidad ha sido ignorada por los seguidores de Puigdemont, que no han dudado en invertir en el DNI catalán; una idea que, defienden, es "simbólica", aunque el trasfondo sea el intento, en un plazo corto-medio de tiempo, de crear una estructura paralela a la Administración española, cuyos ingresos vayan directos al bolsillo del fugado de Waterloo.