Por suerte, la Guardia Civil detuvo ayer en un macrooperativo a nueve CDR que pertenecían a un "grupo terrorista secesionista".
Los detenidos tenían explosivos, explosivos que ya habían probado, y tenían un listado de objetivos contra los que atacar (entre ellos varios cuarteles de la Guardia Civil) como respuesta a la sentencia de los golpistas.
Sin embargo, teniendo estos datos sobre sus lujosos escritorios, el fugado de la Justicia Carles Puigdemont y el nada honorable presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, no han condenado la violencia terrorista de este comando ahora desarticulado.
Desde su mansión de Waterloo, Fuigdemont ha tirado balones fuera y ha escrito en su cuenta de Twitter:
"Sabemos cómo actuaron en el caso de la Tamara, y como lo han hecho en otros casos. Primero detienen y luego buscan pruebas que no aguantan ninguna de las graves acusaciones. Todo al servicio de un relato, que es en el que se ha convertido la democracia española. #LlibertatIndependentistes".
Puigdemont insiste en negar la realidad
"Saben que no hemos caído en las provocaciones, y por eso ahora fabrican casos de terrorismo. Ni así: serenos y firmes, que es lo que los saca de quicio. La respuesta a la represión es la libertad", ha añadido Puigdemont en otro patético y despreciable tuit.
Torra sigue defendiendo al comando terrorista de los CDR
"La represión sigue siendo la única respuesta del estado español. Están intentando volver a construir un relato de violencia antes de las sentencias. No lo conseguirán. El movimiento independentista es y será siempre pacífico", ha escrito el presidente de la Generalitat.
Arrimadas llama a la acción
"Torra llama a apretar y los CDR obedecen. Radicales separatistas podrían haber intentado fabricar precursores de explosivos para cometer acciones violentas mientras los catalanes siguen desprotegidos por el Gob. de España. ¿Esto es normalidad, Sr Sánchez?", ha escrito la diputada de Ciudadanos.
Es evidente que ambos (Torra y Puigdemont) se han radicalizado. Son un peligro público para todos los españoles. Hay que tomar cartas en el asunto.