Puigdemont y el independentismo, contra los Derechos Humanos con los que llevan años llenándose la boca

La sentencia del Tribunal Europeo contra Rusia pone la ideología del independentismo catalán contra las cuerdas.

23 de Septiembre de 2021
Puigdemont y el independentismo, contra los Derechos Humanos con los que llevan años llenándose la boca
Puigdemont y el independentismo, contra los Derechos Humanos con los que llevan años llenándose la boca

El Parlamento Europeo ha dictado sentencia contra Rusia, a la que ha considerado culpable del asesinato del asesinato de Alexandr Litvinenko en 2010, quien fue envenenado con polonio mientras residía en el Reino Unido.

Así pues, la sentencia destaca en el documento que el Gobierno ruso violó los derechos humanos de Litvinenko en concreto, su derecho a la vida, tanto en el aspecto material como procesal,  ya que, a pesar de los hechos, las autoridades rusas "no realizaron ninguna investigación interna efectiva".

Del mismo modo el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha condenado que el Kremlin no realizara una investigación de importancia, ni aportara "los documentos necesarios" para esclarecer el caso, condenando en firme al Ejecutivo de Vladimir Putin a indemnizar a la familia del fallecido.

El independentismo catalán se queda sin aliados internacionales

Una sentencia que afecta directamente al independentismo catalán, investigado ahora por las supuestas relaciones entre el equipo de Carles Puigdemont y el Kremlin ruso, defendidas hasta ahora como conversaciones para conseguir el "apoyo de todo el mundo" al nacionalismo catalán contra el Estado español.

Y es que la actual condena europea hacia el Ejecutivo ruso hace que el plan internacional del independentismo de Carles Puigdemont vuelva a caer en picado, ya que Rusia ha demostrado ser, con esta sentencia, un violador de los derechos humanos.

Derechos que han sido defendidos en multitud de ocasiones por los líderes secesionistas catalanes, que han denunciado ante los organismos supranacionales que España incumple los derechos fundamentales del pueblo catalán. 

Una doble vara de medir que, nuevamente, hace contradecirse al nacionalismo catalán, que ahora deberá decidir si defender los derechos humanos, perdiendo a su aliado ruso, o ignorarlos, perdiendo validez su denuncia contra España, y enemistándose así con el panorama jurídico-político de Europa.