Puigdemont tantea un posible regreso a España en 2023 con 'calzoncillos nuevos'

El ex president independentista podría no ser bien recibido en todo el territorio catalán, debido a su fuga a Waterloo en 2017.

Puigdemont tantea un posible regreso a España en 2023 con 'calzoncillos nuevos'
Puigdemont tantea un posible regreso a España en 2023 con 'calzoncillos nuevos'

A pesar de que la postura política que Carles Puigdemont defiende desde Waterloo no contempla, prácticamente en ningún escenario, su regreso inmediato a España, desde JxCat se sigue utilizando la figura del ex president de Cataluña como 'reclamo' electoral.

Así pues, el vicepresidente de la formación independentista, Jordi Turull, ha vuelto a utilizar a Carles Puigdemont y su regreso a Cataluña como una promesa electoral de cara a las próximas municipales catalanas de 2023.

"Cuanta más representación tengamos, más útiles seremos", ha asegurado el independentista en su discurso electoral de este fin de semana, explicando que un mayor apoyo ciudadano a JxCat podría 'convencer' al fugado de regresar a Cataluña.

El fin de la violencia en Cataluña fue una decepción para Ponsatí

Y es que, según Turull, la "gran sensibilidad" de Puigdemont por el ámbito local, ya que fue alcalde de Gerona, es de especial importancia, hasta el punto de que podría hacer cambiar los planes al fugado de Waterloo, abandonar sus premisas independentistas en el extranjero, y regresar a España, con o sin indulto preconcedido.

No sería bien recibido en Cataluña

Sin embargo, las promesas electorales de Jordi Turull podrían encontrarse con un problema, y no sólo sería la voluntad de Puigdemont de regresar o no a España, con la euroorden de detención pesando aún sobre él.

Y es que la ciudadanía catalana podría no estar dispuesta a perdonar la huída de Carles Puigdemont a Waterloo después de la declaración unilateral de independencia de 2017, tal y como se pudo comprobar en el pueblo del independentista hace apenas unos días.

La Generalitat quiere meter mano en las escuelas: "debemos pasar a la acción"

Así pues, tal y como contó este periódico en ese momento, el Ayuntamiento de Amer, pueblo del fugado, amaneció el pasado día 3 de noviembre con unos calzoncillos cagados colgados en la fachada del edificio; un símbolo de la caótica huída del independentista, que aún pesa en la memoria de los secesionistas, 'traicionados' por aquel que sigue presumiendo de sentirse independentista, eso sí, desde su refugio seguro de Bruselas.