Cada vez más, Carles Puigdemont empieza a comprobar que su huída a Waterloo no sólo le ha supuesto ser el hazmerreír de los líderes independentistas, sino que ha provocado que haya perdido muchas de sus viejas alianzas secesionistas dentro y fuera de Cataluña. Unos, por desconfianza hacia el ex president, y otros, ante los tribunales.
Ahora, ha sido la Fiscalía Superior de Cataluña la ha pedido condenar al exconseller de Interior, Miquel Buch, a seis años de prisión y 27 años de inhabilitación por, supuestamente, haber facilitado un servicio de escolta a Carles Puigdemont tras su huida a Waterloo.
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Tal y como ha podido saber Europa Press, el documento de la Fiscalía asegura que el ex conseller de Puigdemont podría haber incurrido en delitos de malversacion y prevaricación.
En concreto, el fiscal Pedro Ariche, ha asegurado que Buch facilitó a Puigdemont un servicio de protección en el extranjero, para el que contó con "personas de su estricta confianza, a costa del erario público". Y esa persona elegida no sería otra que el sargento de Mossos d'Esquadra Llluís Escolà, a quien la Fiscalía considera cooperador necesario, siendo el asesor del conseller en esos momentos.
Buch tira del 'victimismo independentista' para su defensa
Ante la demanda de la Fiscalía que se ha dado a conocer este lunes, ha sido el propio ex conseller quien se ha defendido ante los medios de comunicación, asegurando que este último movimiento judicial contra su persona no es más que "una pieza más de la causa general contra el independentismo".
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Aprovecha así Buch una de las principales premisas secesionistas, la del "Estado opresor" español, para defender sus acciones ilegales a favor del fugado de Waterloo, quien a cierre de estas líneas no se ha pronunciado en defensa de su colaborador.
"Me piden seis años de prisión y 12 de inhabiltación por nombrar en Interior a un asesor experto en seguridad" ha asegurado en Twitter el ex conseller "Una pieza más de la causa general contra el independentismo. Ellos no paran, pero nosotros tampoco".