A pesar de su cada vez más evidente irrelevancia política, Carles Puigdemont sigue haciendo promesas imposibles a sus seguidores independentistas, tanto a través de sus discursos públicos como a través de las redes sociales.
Así pues, a pesar de contar ya con el rechazo cansino de la Comisión Europea, y a pesar de que su situación de fugado de la Justicia española ahora está siendo investigada desde los tribunales europeos, el ex president de la Generalitat ha querido mantener su optimismo en el día de su cumpleaños, prometiendo a sus seguidores más radicales que, el próximo año, celebrará su cumpleaños en tierras catalanas.
La justicia le da un nuevo bofetón a la inmersión: esta es la cruda realidad del independentismo
"Pues ya son 59... el tiempo no se detiene, pero nosotros tampoco. Los sesenta los celebraremos juntos en casa" ha prometido Puigdemont en su cuenta oficial de Instagram, donde ha compartido una fotografía con sus velas de cumpleaños este miércoles.
Una promesa que el independentista sólo podrá cumplir de dos maneras: o consiguiendo un pacto con el Gobierno español para que se le conceda, a pesar de su estado de fuga, un indulto que le permita volver a España, o entregándose, de una vez por todas, a la Justicia española.
El tiempo de los indultos se acaba para Puigdemont
En el caso de entregarse a la Justicia española, el ex president de la Generalitat podría ser condenado a más de diez años de prisión por la comisión de delitos semejantes a los que ya han sido condenados otros líderes secesionistas, como Oriol Junqueras: sedición, malversación de fondos públicos, prevaricación, etc.
Delitos que podrían hacer que Puigdemont celebre su 60º cumpleaños en España, sí, pero cumpliendo condena en alguna de las cárceles más sonadas de España, como es el caso de Alcalá Meco o Soto del Real.
Sin embargo, estos delitos podrían ser 'perdonados', en contra de la opinión de los magistrados, por el actual Gobierno de España, que podría conceder un nuevo indulto al independentista, si éste decidiese entregarse a la Justicia. De no ser así, la única vía podría ser la amnistía total al secesionista, la cual, de momento, no se encuentra sobre la mesa del Ejecutivo nacional.
Una cuestión que pone a Puigdemont, una vez más, contra las cuerdas del tiempo: y es que, para cumplir su promesa, el independentista cuenta exactamente con un año para tomar la decisión de entregarse a la Justicia; un tiempo que podría verse acortado, de convocar Pedro Sánchez elecciones generales anticipadas en España, ya que, si las previsiones se cumplen y el PP llega a la Moncloa junto a Vox, e incluso en solitario, el fugado de Waterloo se quedará sin posibilidad de negociar un posible regreso a España o un indulto gubernamental.