Carles Puigdemont, no sólo ha conseguido convertirse en uno de los principales líderes del independentismo catalán, sino también ser uno de esos pocos líderes que puede cambiar de discurso en apenas unos días, sin que ello suponga un grave daño para su autoestima, ni para la confianda de sus fieles secesionistas.
Así pues, el ex president de la Generalitat prometía,allá por 2017,que su Administración no frenaría hasta conseguir hacer efectivo el1 de octubre, con la proclamación de la independencia catalana, independientemente de las acciones que el Gobierno español realizara en modo de represalia contra el intento de secesión.
Unas palabras que pronto contradecían sus actos ya que, en cuanto comprobó que la independencia catalana no ganaría el pulso al Estado español, Puigdemont decidía hacer las maletas y fugarse a Bruselas, lugar en el que aún reside, huído de la Justicia española, y proclamando la soberanía catalana.
Un lugar desde donde el ex president catalán también defiende los derechos de los ciudadanos catalanes, asegurnado ante todo aquel que quiera escucharle, que España es un Estado opresor que no duda en cargar y dinamitar los derechos de los ciudadanos, así como sus libertades, para evitar la independencia.
La hipocresía de Puigdemont
Así pues, el fugado de Waterloo ha asegurado en más de una ocasión que el Gobierno de España actúa de manera totalitaria, e incluso franquista, llegando incluso a criticar que se están vulnerando los derechos humanos de los catalanes a través de la opresión española a la autonomía catalana.
Una defensa exaltada de los derechos y libertades cuidadanas frente al 'fascismo' que, sin embargo, sólo vuelve a demostrar la hipocresía de Carles Puigdemont: y es que, tal y como ha podido saber el digital 'Dolça Catalunya', Puigdemont comenzó su trayectoria profesional defendiendo en franquismo que ahora critica.
La indepe Miriam Nogueras se queda muda ante la pregunta que retrata al chiringuito de Puigdemont
"En 1979, Jordi Bosch y yo fuimos a comer un arroz a Amer, y por la tarde pasamos por la pastelería Puigdemont, a fichar al chico de la casa como corresponsal de Los Sitios" explicaba, en una entrevista reciente, Jordi Xargayó, que fue director del Diari de Girona durante 23 años.
Un fichaje del joven Puigdemont por parte de un diario, Los Sitios de Gerona, que era el diario oficial del régimen franquista en Gerona, y escrito e español, hasta su desaparición en 1984, que sale ahora a la luz, y que vuelve a dejar en evidencia el pensamietno fascista del ex president. que sólo busca el poder, cueste lo que cueste... a los ciudadanos que dice representar.