Este sábado, España ha vivido una segunda noche de protestas violentas contra las restricciones impuestas para frenar el coronavirus.
La capital española, Madrid, era la última ciudad en unirse a las propuestas que se sucedían en Barcelona, Logroño, Málaga, Bilbao, Vitoria o Burgos, y en las que los diferentes Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado intervenían a sofocar los fuegos provocados y disolver las manifestaciones ilegales de los ciudadanos.
En Madrid, la principal concentración se ha producido en la Puerta del Sol, donde un centenar de personas se dieron cita para criticar la gestión y las medidas tomadas por el Gobierno de Pedro Sánchez, bajo el lema "Salimos a la calle, el pueblo está cansado".
Un sentimiento, expresado en este tema, que es compartido, no sólo por todos los manifestantes del territorio nacional, sino también por muchos ciudadanos que, desde sus casas, se han manifestado contra las nuevas restricciones que se planea imponer desde el Ejecutivo.
Y es que pocos son los que, a estas alturas, entienden los continuos cambios de gestión y normativa contra el virus, habiendo pasado de una desescalada controlada, a un nuevo estado de alarma, gestionado por las comunidades autónomas, y ahora bajo la amenaza de un nuevo confinamiento domiciliario.
Mayor es el cansacio de los madrileños, que no sólo han visto modificarse las restricciones en numerosas ocasiones, sino que han comprobado que éstas se han producido principalmente por desacuerdos políticos entre el Gobierno regional y el nacional, siendo los únicos perjudicados de todo ello los trabajadores y comercios madrileños.
"El pueblo empieza a reclamar sus trabajos, sus ingresos y por la ruina en que está España... esto es una crisis" afirman desde Twitter.
Primero la Monarquía, luego los jueces, y ahora la Guardia Civil.¿A qué juega Podemos?
Pero sobre todo, las protestas que se están produciendo están provocadas por el miedo a repetir el escenario que ya se vivió, a nivel nacional, desde el pasado mes de marzo hasta mediados de mayo, ya no sólo al confinamiento, sino a la desinformación absoluta que se produjo, durante más de tres meses, desde las instituciones públicas.
Pedro Sánchez no aprende, y critica las manifestaciones
Y es que muchos son los que han encontrado muchas similitudes entre la situación actual y el comienzo de la pandemia, a comienzos del mes de marzo.
En aquel momento, desde Sanidad se aseguraba que el coronavirus no afectaría gravemente a España, y que no serían necesarias nuevas medidas sanitarias contra el Covid-19; algo que ahora se ha vuelto a asegurar desde Sanidad, pero sobre la necesidad de imponer el confinamiento domiciliario ante la segunda ola del virus.
También se ha comenzado, al igual que en la primera ola, a imponer medidas restrictivas con plazos de actuación de quince días "para ver cómo progresa la curva". Una situación que deja en vilo a los ciudadanos, y que crea confusión y desesperación, sin tener constancia de medidas o una gestión a largo plazo.
Similitud también a nivel europeo, donde España, a pesar de haber sido el primer país en sufrir la segunda ola del coronavirus, ha vuelto a ser el último en tomar medidas estrictas para evitar su propagación, estando ya los países vecinos, como Italia o Francia, imponiendo cierres fronterizos, cierres de escuelas, etc.
Sin embargo, todas estas protestas, provenientes del miedo y de la desinformación al ciudadano, parecen no haber hecho mella en Pedro Sánchez, que se ha limitado a criticar las manifestaciones ciudadanas a través de las redes sociales. "La conducta violenta e irracional de grupos minoritarios es intolerable. No es el camino" ha asegurado el socialista en Twitter.