Una corona real, al estilo imperial de Carlomagno, timbra el escudo de España y otros símbolos regios del país. Sus características exactas vienen definidas por tres normas legales registradas entre 1981 y 1982, que blasonaron, dibujaron y definieron los tradicionales rasgos de las armas de España.
"Al timbre, corona real, cerrada, que es un círculo de oro, engastado de piedras preciosas, compuesto de ocho florones de hojas de acanto, visibles cinco, interpoladas de perlas, y de cuyas hojas salen sendas diademas sumadas de perlas, que convergen en un mundo de azur o azul, con el semimeridiano y el ecuador de oro, sumado de cruz de oro. La corona, forrada de gules o rojo", se puede leer en el Real Decreto 2267/1982 , del 3 de septiembre.
El anuncio de Ayuso que deja en 'shock' a sus votantes: pone fecha a su retirada política en Madrid
Esta corona real cerrada se estableció durante el reinado de Felipe II en sustitución del modelo medieval abierto usado hasta la época de los Reyes Católicos. Su origen está en la corona imperial del escudo de su padre, el Emperador Carlos V, de clara referencia al Sacro Imperio germánico.
La cuestión es que la Corona Real no existe estrictamente como objeto tangible. La corona física que preside, junto al cetro de Carlos II y un crucifijo de plata, las ceremonias de proclamación de los Reyes no se denomina Corona de España, sino que es la llamada corona tumular y solo esta presente en este tipo de eventos, nunca la lleva puesta el monarca.
Se trata de una corona de bajo valor económico y pocos alardes, que no está pensada para ceñir la cabeza del monarca en cuestión. La ausencia de una Corona Real se debe, para empezar, porque la actual Constitución española habla de proclamación de Reyes, no de coronación.
Esto se traduce en que en nuestra país se recuerda que la legitimación de los monarcas no es divina, sino que se conforma en torno a un pacto tácito entre pueblo y rey. El último Rey en ser coronado frente a los principales estamentos del territorio que hoy integran España fue en el siglo XIV Juan I de Castilla, el segundo Rey de la dinastía de Trastámara . Desde entonces, los monarcas castellanos, aragoneses y del resto de reinos peninsulares ascendieron al trono a través de diferentes ceremonias de proclamación o jura.
La corona tumular española
La actual corona tumular, de carácter decorativo, que hoy pertenece a las Colecciones Reales de Patrimonio Nacional fue realizada entre 1775 y 1788 por Fernando Velasco, platero de cámara de la Real Casa . La pieza responde a un estilo puramente neoclásico. Carece de elementos que la corona heráldica sí tiene, como las perlas o la pedrería. Sus medidas son 390 mm de alto, un diámetro máximo de 400 mm y un aro de 185 mm de diámetro.
Se desconoce el motivo exacto de este encargo que tuvo lugar durante el reinado de Carlos III . Se ha especulado con que pudiera ser para el funeral de su madre, Isabel de Farnesio, lo que no coincide exactamente con su fecha de creación. Lo que está claro es que siempre ha tenido fines ceremoniales y simbólicos.