Uno de los grandes problemas que afectan a los habitantes del siglo XXI es la falta, cada vez más evidente, de descanso.
El estrés laboral es el gran causante de esta falta de sueño, aunque, según los expertos en la materia, la falta de sueño también afecta a que el trabajo nos estrese más de la cuenta. Un circulo vicioso del que es difcil salir.
También el uso de dispositivos electrónicos por la noche, como las pantallas de ordenador, móvil, televisión etc., es uno de los grandes causantes de nuestra falta de sueño, tanto por la luz azul (que se ha comprobado que nos excita) como por el entretenimiento que nos proporcionan sin horario alguno.
La falta de sueño engorda
Según los expertos, la privación de sueño que sufren los adultos aumenta las posibilidades de padecer enfermedades cardiovasculares y metabólicas,como la diabetes tipo 2 y la obesidad.
La falta de descanso aumenta las lipoproteínas, ricas en triglicéridos, que provocan obstrucciones en arterias y, por tanto, una mayor presión arterial.
No solo eso, sino que la falta de sueño debilita el sistema inmunitario, reduce el deseo sexual, disminuye el estado de alerta y el deterioro de la memoria. (¡Avance decisivo en la batalla contra el cáncer de mama!)
También, de forma más psiquica, hace que los individuos tengan peor estado de ánimo, llegando a provocar casos de ansiedad, depresión, paranoia o alucionaciones.
También afecta a los más pequeños
En caso de niños, la falta de sueñopuede producir hiperactividad, sin que esté relacionado médicamente con el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).