Por la boca muere el pez: Torra y compañía, más cagados que Puigdemont

Mucha verborrea pero a la hora de la verdad se acojonan: ni liberan a los presos ni abren las puertas de las cárceles

03 de Noviembre de 2018
Por la boca muere el pez: Torra y compañía, más cagados que Puigdemont
Por la boca muere el pez: Torra y compañía, más cagados que Puigdemont

Las amenazas del Govern al Ejecutivo de Pedro Sánchez caen en saco roto. No se las creen ni ellos. Están indignados y han lanzado duras acusaciones al Gobierno por la petición de rebelión de la Fiscalía contra los ex dirigentes independentistas encarcelados. Como protesta convocaron un acto en las puertas de varias cárceles para demostrar su apoyo a los presos. Dirigentes políticos independentistas han mostrado su indignación por la situación.

Han lanzado duras acusaciones a diestro y siniestro e insisten en que "seguiremos movilizados para explicar a Europa que el Estado español es una vergüenza, que el poder judicial esta comprado" y que están "hartos de acusaciones falsas y de juicios que son una farsa”. Semejante soflama la ha soltado Pere Aragonés en las puertas de la cárcel donde está Carme Forcadell.

Ernest Maragall, desde la cárcel de Puig de les Basses también ha cargado contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez y ha criticado que “se le llena la boca de dialogo” pero “ha decidido que en nombre de la sagrada unidad de España todo vale". "Nos ha mostrado su verdadera cara y se han invertido los términos: los delincuentes encarcelan a los inocentes y esto no se puede permitir”.

Quim Torra se ha sumado a todos estos calificativos contra Pedro Sánchez diciendo: "el pueblo de Cataluña no votará estos presupuestos del Estado Español": "la neutralidad no es posible, o estás a favor de la represión o estás en contra”.

Por la boca muere el pez: mucho hablar, pero no tienen valor

Desde el 9 de noviembre de 2014 los catalanes han vivido una mentira tras otra. Artur Mas meneó la perdiz, creó la cortina de humo para tapar la corrupción del nada honorable Jordi Pujol y la del 3% que salpicaba a todo su partido, incluido él. Supo retirarse a tiempo. Lo que se avecinaba no era bueno y no quería que lo pillaran.

Las declaraciones de los distintos miembros del Govern se han quedado en eso: declaraciones. Amenazas que nunca se llegarán a cumplir como la de abrir las puertas de las cárceles, ahora que dependen de la Generalitat y fantasmadas varias que han ido soltando.

No es que hayan entrado en razón y que ahora tengan claro que si te saltas la ley tienes que pagar un precio. Es que la cobardía y el miedo son superiores a todos sus ideales políticos.