Los colegios e institutos vuelven a abrir sus puertas tras seis meses cerrados por el coronavirus y lo hacen con una serie de medidas que han generado cierta polémica entre los padres.
Los centros educativos intentarán reducir al mínimo el riesgo de contagio por coronavirus y han elaborado un plan que cuenta con muchos detractores por algunos puntos muy concretos.
La primera medida que ha generado debate y mucha polémica ha sido la de mezclar a niños de diferentes cursos en una misma clase para asegurar que hay distancia de seguridad entre los alumnos.
Los colegios deben garantizar metro y medio de distancia entre niños y eso les ha obligado a reducir el número de alumno por clase de cara al curso que empieza ahora.
En muchos casos, tras esta reducción, los colegios han optado por juntar a un grupo de niños que no da para hacer una clase con otro grupo del curso superior o inferior que tampoco da para una clase completa.
En primaria, puede haber clases con alumnos de 1º y 2º; de 3º y 4º o de 5º y 6º. Una medida que no agrada a los padres de las comunidades que lo han aprobado, como es el caso de Madrid.
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Otros centros educativos han adaptado el gimnasio para poder acoger a una clase pero esas instalaciones no están adaptadas como un aula y los padres no quieren que sean sus hijos los que acaben en el gimnasio.
Los colegios e institutos consideran que el gimnasio es el mejor aula porque es un espacio más grande y en el que los alumnos pueden guardar una distancia de seguridad mayor aunque también es cierto que ese grupo cuenta con más niños que los que están en aulas convencionales.
Mamparas en los pupitres y el patio
Los padres tampoco ven bien que algunos colegios hayan apostado por poner mamparas en los pupitres para que el coronavirus tenga mayor dificultad para propagarse por el aula.
Otros progenitores han puesto el grito en el cielo por la convivencia en el patio y la dificultad para impedir que los niños se abracen, jueguen juntos y mantengan un estrecho contacto.