Nadia Calviño es uno de los bastiones más inquebrantables del ala socialista del Gobierno, gestionando el ministerio de Economía y la vicepresidencia contando con el apoyo de todo el partido socialista, así como con el visto bueno de las instituciones europeas debido a su recorrido en el sector.
Pero, además de ello, Calviño se ha convertido en los últimos meses en una de las grandes detractoras de Pablo Iglesias dentro del Gobierno de coalición, apareciendo ante los medios de comunicación en múltiples ocasiones para contradecir las palabras del vicepresidente segundo.
"España es una democracia plena [...] aparece a la cabeza de todos los rankings internacionales" respondía ella a las polémicas palabras del podemita sobre la democracia española. También replicaba la socialista a Iglesias, hace unos meses, sobre el rechazo a la subida del Salario Mínimo Interprofesional, avisando al líder de los morados de que debian dejar de magnificar los debates internos de forma "artificial".
Continuos encontronazos entre vicepresidentes que hacen que Pablo Iglesias esté deseando poder manejar los asuntos económicos del país, en manos de Nadia Calviño, de la manera que fuere.
Así pues, el grupo parlamentario de Unidas Podemos ha remitido sendas cartas al ministerio de Economía de Calviño, y al de Industria, Comercio y Turismo, de Reyes Maroto, para abordar las ayudas directas al sector hostelero y al pequeño comercio ante la pandemia del coronavirus.
Una petición que, nuevamente, se salta los cauces del acuerdo de coalición firmado hace apenas un año por ambas formaciones, que se comprometían a actuar de común acuerdo, leal y coordinadamente.
Las grandes empresas, el objetivo de los podemitas ante la crisis
La propuesta pública que ha realizado la formación morada, firmada por Pablo Echenique, a las dos ministras socialistas, comtempla tres tipos de medidas económicas para abordar la crisis de las pequeñas empresas españolas ante la pandemia del coronavirus, así como ayudas directas a la hostelería.
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La primera de estas medidas contemplaría un plan de ayudas directas a pymes y autónomos que "acrediten una situación de especial fragilidad" en coordinación con los Gobiernos regionales, y con un valor de cerca de 8.000 millones de euros.
Los morados también contemplan una moratoria bancaria para estos sectores ante los "préstamos, arrendamientos financieros y otros productos bancarios" que hayan contraído ante esta complicada situación financiera.
Por último, los podemitas recuperan una de sus principales premisas y objetivos desde su llegada al Gobierno: las grandes empresas.
"Es tristemente habitual en nuestro país que las grandes empresas y las grandes corporaciones multinacionales no cumplan los plazos máximos en el pago de transacciones financieras" aseguran los podemitas, que han propugnado establecer un "régimen sancionador eficaz" a estas empresas "con mayor capacidad de financiación", culpando a estas empresas de "adeudar" a pymes y autónomos.