A pesar de contar cada vez con menos apoyo de la ciudadanía catalana, lo que se traduce en menos músculo político a medida que pasan los días, el movimiento independentista catalán mantiene su desafío contra el Estado español, y contra todo lo que recuerde a España.
Una obsesión que también han trasladado al panorama internacional, donde tanto el Govern de Cataluña como Carles Puigdemont, fugado en Waterloo desde 2017, buscan el apoyo de otros países en su batalla política y judicial contra España.
La marcha de antorchas al estilo nazi de los supremacistas indepes reclamando la amnistía
Apoyo que no llega desde Europa, que en repetidas ocasiones ha recordado ya al ex president fugado que España es uno de los países miembros de la Unión Europea y que, por tanto, la acción de la entidad supranacional siempre será en defensa de la integridad territorial del país miembro.
Sin embargo, parecía que los independentistas sí habían conseguido su objetivo de internacionalizar el procés, después de que la consejera de Acción Exterior y Gobierno Abierto de la Generalitat, Victòria Alsina, fuera invitada a un homenaje en Washington al músico catalán Pau Casals. Un homenaje que la independentista aprovechó para hablar del "conflicto político entre Cataluña y España".
A golpe de talonario
"La defensa de la democracia del maestro Casal conecta con la defensa de la democracia que hace el Govern" defendía la independentista "sólo con más democracia resolveremos el conflicto político entre Cataluña y España".
Un discurso propagandístico a favor del movimiento nacionalista catalán que, a pesar de las apariencias, no ha salido gratis a la Generalitat de Cataluña: así pues, apenas una semana después del viaje de la consejera a Washington, se ha podido conocer que el recibimiento de la catalana por la Organización Panameña de la Salud fue precedida por una 'donación' de la Generalitat de casi 300.000 euros.
"Hemos hecho una aportación significativa en Washington, en la Pan American Health Organization, o en el caso de Nueva York, en Naciones Unidas, en el Central Emergency Response Fund, donde Cataluña, a nivel global, es un donante significativo" ha reconocido la consejera en su cuenta de Twitter.
Palabras que demuestran, no solo que la Generalitat gasta el dinero de las arcas públicas en cuestiones muy alejadas de las necesidades de la sociedad catalana, sino también que la acción 'internacional' del independentismo no es más que la posibilidad de hablar delante de un micrófono fuera de España... conseguida a fuerza de talonario.